2016

La TRAVESÍA desde El Caribe a Azores

Pincha en la imagen si quieres leer el día a día de los 23 días de travesía.

Trotamares ... Trotatierra

Imagínate como se debe de sentir un alma cuando deja abandonado su viejo cascaron, el que le llevo a conocer bellos lugares, el que le acuno en sus bailes de noches de luna llena. Se sentirá libre, pero quizás también sienta tristeza al separarse de el, añoranza de tantos momentos vividos a bordo y de tantas emociones sentidas en su piel. Que desorientada se sentirá, que frágil, sin sentir el viento en las que fueron sus alas y el agua en su caparazón. Algo asi debe sentir el capitán del Trotamar al dejarlo en tierra. Pues él es su alma, el que le guía, el que lo anima, el que le abre las alas para volar en el inmenso océano, el que da la vida a este trozo de plástico, madera y tela, que nos transporta por las aguas profundas del mar, que nos sirve de casa y que nos lleva a rincones de este planeta que todavía guardan la dulzura de lo inhabitado. Por eso mañana entenderé su nostalgia y su añoranza y planearé con él nuestro próximo viaje, para sentir que no abandonamos este viejo cascaron, que solo nos vamos y luego volvemos.


Stell dir vor wie sich eine Seele fühlt wenn sie ihre alte Nussschale zurücklassen muss, die sie zu wunderschönen Orten gebracht hat, die mit ihrem Tanz sie bei Vollmond geschaukelt hat. Sie wird sich frei fühlen, aber vielleicht fühlt sie auch die Trauer der Trennung, die Sehnsucht nach all den schönen Erlebnissen an Bord die vielen Gefühle. Vielleicht fühlt sie sich verloren und zerbrechlich, ohne dem Wind der ihre Flügel zu fühlen und das Wasser das sie getragen hat. So ungefähr wird sich der Kapitän der Trotamar fühlen als er sie an Land stehen lässt. Denn er ist seine Seele, der sie führt, ermutigt, ihre Flügel ausbreitet um in diesem unendlichem Ozean zu fliegen, er gibt ihm Leben, diesem Stück Plastik, Holz und Tuch das uns über den tiefen Ozean trägt, das unser Heim ist und uns in Orte dieses Planets bringt die noch das Wunder des Unberührtem haben. Deshalb werde ich Morgen seine Sehnsucht und sein Heimweh verstehen und werde mit ihm die nächste Reise planen, um zu fühlen, dass wir diese alte Nussschale nicht verlassen, dass wir nur weg müssen, aber bald wieder kommen werden.

4 de Mayo de 1955 - 4 de Mayo del 2016

Siempre quise ir a Montserrat, no se porque, por su nombre? por su historia? no lo se, quería ir. Montserrat había sido una isla muy próspera, con buenos hoteles, campos de golf y los míticos estudios air en los que Dire Straits, The Police, Sir Paul McCartney, Sir Elton John, Duran Duran, Michael Jackson, Stevie Wonder, Ultravox, The Rolling Stones, Lou Reed, Black Sabbath y Eric Clapton gravaron discos (www.airstudios.com) pero en 1995 el volcán se despertó. Siguieron las fuertes erupciones de 1996, 1997 hasta 2004, 2/3 partes de la islas quedaron inhabitables y la población en gran parte abandonó la isla. Hoy día solo hay un Hotel abierto en la isla y éramos cuatro yates visitantes. Hemos recorrido la isla, disfrutado de su naturaleza, sus bosques y su fauna, sus playas desiertas y hemos visto la fuerza que puede desencadenar la naturaleza y la fortaleza de su gente. Que regalo poder estar hoy en Montserrat.

¡Gracias por todas las felicitaciones que me habéis enviado!


Schon immer wollte ich nach Montserrat, ich weis nicht weshalb, wegen seinem Namen? seiner Geschichte? ich weis es nicht, aber ich wollte hin. Montserrat war mal eine blühende Insel, mit schönen Hotelanlagen, Golfplätzen und den mythmischen Air Studios in denen Dire Straits, The Police, Sir Paul McCartney, Sir Elton John, Duran Duran, Michael Jackson, Stevie Wonder, Ultravox, The Rolling Stones, Lou Reed, Black Sabbath und Eric Clapton Platten aufgenommen haben (www.airstudios.com) aber im Jahr 1995 wachte der Vulkan nach 500 Jahren aus dem Tiefschlaf auf. Es folgten die heftigen Eruptionen von 1996, 1997 bis 2004, 2/3 der Insel wurde unbewohnbar und ein großer Teil der Bevölkerung verließ die Insel. Heute gibt es au der Insel ein Hotel und wir waren nur 4 Jachten. Wir sind durch die Insel gefahren, haben die prächtige Natur mit ihren Regenwäldern und einsamen Stränden bewundert. Wir haben die Kraft der Natur gespürt und die Starke ihrer Einwohner. Es war ein Geschenk Heute hier sein zu dürfen.

Danke für die vielen Glückwünsche die ich von euch bekommen habe!

Air Studios und Montserrat Springs Hotel, von der Asche zerstört

Air Studios y Montserrat Springs Hotel, destrozados por las cenizas

Mi hermana vino de visita

Mi hermana vino de visita al Caribe. Una visita corta, casi cuatro días de viaje y cinco de estancia. Recorrió miles de kilómetros para venir a vernos, para compartir con nosotros esta aventura de cerca, para disfrutar como solo ella sabe hacerlo de cada detalle y de cada momento. Estuvo solo unos días a bordo, pero dejo el Trotamar lleno de recuerdos. Ella nos cuenta en su diario de a bordo cada detalle, cuenta de cuatro días mas que nosotros de cuatro meses. ¡Gracias por venir y gracias por compartir!

Visita al Trota en el Caribe Guadalupe, 22-27 Abril 2016 Carmen Claver

Paris- Point a Pitre 22 de Abril de 2016. 
Vuelo el día anterior 21 de Abril Barcelona - Paris. “navette” a “Novotel” de Orly.
Curiosa sensación muy diferente de cuando hace poco tome una “navette” similar porque me tuve que quedar después de un reunión, en el Hotel Campanile del aeropuerto CDG por un retraso de vuelos AF entre Lyon y Paris. Hoy duermo en un Hotel del Aeropuerto para mañana coger el vuelo a Guadalupe, Hoy viajo por gusto y con tiempo. Disfruto la cena en el hotel sola y tranquila. Antes me llevaba un libro o novela. Ahora me da el tiempo justo de revisar los WhatsApp. Después de cenar como llevo el iPad, entre la revisión del correo y actualización de Facebook se me hacen la 1 pero en la cama . Que ganas de descansar. Al día siguiente Air France embarca su vuelo directo a “Pointe a Pitre” las 11h, 8 horas de vuelo en un súper „pasillo“ en primera fila que me consiguió Imma , que bien. Empiezo y acabo una novela de Irene Nemirowsky, „La Presa“ muy buena , pero algo tremenda. Los personajes complejos muy bien descritos y el ambiente y la repercusiones en los jóvenes de la depresión económica de los 30.  Tengo curiosidad por saber que me espera al bajar del avión y como voy a conectar con Ana, hemos confiado en que funcionaran los móviles…..y no sé como llegare al Trota.

Viernes 22. Point a Pitre Marina Rivière-Sens Gourbeyre a Basse-Terre. 
Aun no he bajado del avión, que ya conecto el móvil y ya tengo un SMS de mi hermana Ana diciendo que están anclados fuera de una pequeña Marina, “Rivière-Sens” en Base-Terre a unos 
50 Km. Perfecto, hay conexión. Siempre me encanta cuando llego a un sitio nuevo que no conozco. Por mucho que hayas viajado se experimenta una sensación particular. Estamos en Francia, pero a mí el Aeropuerto y el lugar me parecen una mezcla curiosa de culturas. Muy turístico, pero no tanto como en otros sitios. La siguiente cuestión es cómo funciona lo de los taxis aquí. Hay una oficina d' Information et Tourisme donde me informan en perfecto francés que los Taxis de la puerta están concertados con el Aeropuerto y son seguros. Y rápidamente estoy en un taxi bajando desde el Aeropuerto a Basse-Terre. Parece que el taxista conoce bien el lugar “Marina Rivière-Sens” que le muestro en el mapa. Prácticamente hay que bajar toda la isla y luego atravesar al otro lado. La salida del aeropuerto es más normal, carretera estándar europea, aunque los 30 grados y la profusión de palmeras te dejan bastante sorprendida. Luego saliendo del casco urbano es todo verde, vegetación densa a ambos lados de la carretera y muchas plantaciones de bananas. Impresionantes arboles con mangos todavía verdes. Antes de llegar a Basse-Terre, tomamos una carretera interior a la derecha, que por una zona de montaña muy bonita cruza la isla hacia la bahía donde está el Trotamar. El taxista es amable , pero aunque habla francés es muy difícil entenderlo, el acento de aquí es marcadísimo.


Encuentro con el Trotamar
. Como me han indicado que están anclados fuera de la Marina, sobrepasamos con el Taxi, „ les bateaux“ que dice el taxista, o sea la marina y subimos un poco más hasta una playa y alli enfrente está el Trotamar, inconfundible, solitario en medio de un mar de un precioso azul marino. Conecto de nuevo por teléfono con Ana ( esta vez después de varios intentos) y me dice que me esperan en la marina „ou sont les bateaux“ donde han llevado la barquita, el dingui, para más fácil subir con todas las cosas. Emocionante encuentro con Ana, Joan y Laia y tras algunas compras en una frutería, nos vamos al Trota en la barquita. La tarde es luminosa y ventosa. Pero no parece que haga tanto viento hasta que llegamos al Trota. ¡Como se mueve el barco! Mucho más de lo que yo recordaba. Era más que un balanceo. Pensé, ¿voy a saber subir por la escalerita del barco con este movimiento? Pero todos se esforzaron, Laia con mucho esmero, en que la barquita estuviera lo más cerca posible y no hubo ningún problema. ¡No es la primera vez que vengo al Trota ! Y esta vez tengo para mí los „aposentos“ de proa con sitio para mi mini equipaje y poner todo ordenado, mi camita y el pequeño servicio para mí, al lado de la habitación. Hay que moverse con cuidado, buscando apoyos e intentando adaptarte al movimiento incesante del barco. Aun así, aunque no estaba muy convencida nos damos un baño , ya casi al atardecer sin alejarnos mucho del barco pues la corriente es fuerte, y el mar muy movido. De bienvenida, Joan abre un coco verde, excelente, que compartimos entre todos. Y luego los regalos, una bandera nueva de España para el barco, novelas y un foulard para Ana, y los más importante la muñequera para su mano lesionada, todavía en recuperación. Y acerté con el vestidito de Laia, ¡le esta genial !. La cena como siempre agradable en la bañera del Trota con una botella de vino tinto, aunque el movimiento seguía, aun estuvimos un rato con el chocolatito y ya cuando me iba a la cama eran las 22 de aquí, como si hubiera trasnochado un poco… Seguía aullando el viento con ráfagas muy fuertes…. A pesar de eso dormí muy bien, salvo una incursión a las 01h30, porque me despierto con dolor de cabeza y no tengo agua. Y no sale agua de los grifos. De todas maneras no sé si el agua delos grifos es potable. Tampoco encuentro donde está la botella de beber agua, seguro que Ana tiene algún zumo. En la cocina del Trota había una nevera, de eso estoy segura. Con mucho cuidado de no hacer ruido y de no caerme y de no despertar a Laia, y con un esfuerzo de memoria y de imaginación, recuerdo donde está la nevera …. Un éxito, agua, zumo… Y a partir de alli dormí toda la noche, ruidos todos, toda la noche, con mucho movimiento, pero dormí. La que parece que no durmió fue Ana preocupada por si dormía su hermana….. Hasta que a las 6 de la mañana se pasó por proa y pudo constatar que yo dormía con cara de felicidad….



Sábado 23. Travesía de Terra Basse a Bourg les Saints. Llegue ayer al Trota y estamos en una pequeña bahía al lado de la Marina Rivière-Sens en Basse- Terre al sur de Guadalupe. A las 9 de la mañana baño y buen desayuno. El plan hoy es ir hasta Les Saintes, archipiélago a unas 11 millas, en principio dos horas de navegada, pero tenemos el viento en contra y muy fuerte entre 20 y 30 nudos. Ya en la guía dicen que ese paso puede tener fuertes vientos. ¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos aquí al abrigo de la montaña? Si aquí sopla tan fuerte, como debe de ser allí fuera a mar abierto ? Pero no hay mucho tiempo para la duda. El capitán se queda callado y quieto, como hace siempre que tiene que tomar un decisión, y cuando Ana le pregunta, que hacemos, contesta que está pensando que vela poner delante, si el foque numero 1 o la Génova. Empieza a dar instrucciones a Ana que lleva el timón y motor y salimos…. Pero enseguida Joan se da cuenta que la barquita, el dingui que va detrás, se ha dado la vuelta en la primera ráfaga de viento al aprobarnos para subir la mayor….( en principio no lo habíamos subido porque eras solo 11 millas sin problemas) y la primera maniobra, con un viento fuertísimo es subir la barquita, y no hay tiempo para muchas contemplaciones. Las ráfagas son muy fuertes. La suben por delante, por la proa, a pulso entre Joan y Laia !! Por un momento parece imposible, pero en un último impulso sube la barquita por la barandilla. Y sin tregua, la siguiente maniobra, la vela mayor con 3 rizos… Joan va diciendo a Ana cuando „aproarse” creo que es dirigir la proa en la dirección del viento, y con su chaleco de seguridad y arnés, saca de no sé de dónde el foque y empieza a colocarlo a mano. Yo no sé cómo puede hacer algo en medio de ese vendaval y con ese movimiento, pero coloca y sube el foque con la ayuda de Laia que está en el momento oportuno, cazando la escota y lo hace muy bien la marinerita. La verdad es que yo estoy pasmada de como ha hecho esa operación el capi.

A partir de allí, navegamos mucho mejor, a pesar de ir a más de 20 nudos de viento, ¡¡en contra !! Como dice Ana, lo llevamos „en la nariz”. Las ráfagas alcanzan los 35 nudos… Muy fuerte el viento, escorado el barco, pero vamos cogiendo rumbo. Entonces empieza otra maniobra: el capitán saca una tablita blanca y pone en marcha a “Timoteo”. Timoteo es el timón automático de viento. “ ¡Buenos días Timoteo, bienvenido!” dice Ana, que ya estaba agotada de peleárselas con el timón. Joan sujeta la rueda con un cinturón y le da turno Timoteo par dirigir el barco. A partir de allí cada uno toma su posición: Laia y yo bien resguardaditas debajo de la nueva capota del Trota. Tenemos que cerrar la ventana de delante porque nos mojan las olas. Esta fuertísimo el viento, pero ya vamos avanzando hacia Les Saintes. Al cabo de un rato Ana saca un aperitivo (eso nunca falta en el Trota) con „Ginger Beer“ patatas fritas y cacahuetes y nos lo tomamos tan ricamente.

Joan dice que es como si estuviéramos (estuvieran) haciendo un curso de Prácticas de navegación en “mar fuerte condiciones difíciles ” como los que dice que existen en Alemania. Y luego propone hacer una práctica de “acuartelar el barco ” (no sé exactamente si se dice asi) pero es como cruzar la mayor y el foque de manera que se compensan y sujetar el timón. Milagrosamente en esa mar “brava” el barco de queda totalmente quieto ¡Increíble!.

Al cabo de un rato suena la radio „Trotamar, Trotamar, hier Mira bitte kommen”. Es el Mira que viene de Dominica una hora más tarde. Creo que al final, bajó un poco el viento. Muy agradable la llegada a Les Saintes, un conjunto de islas, y „ansas“ al abrigo de verdes montañas. Pero …¿y adónde vamos y por donde se entra ? el Capitán con el Mapa del libro y la Tablet localiza enseguida como entrar en la Bahía de „Bourg Les Saints“, que según el libro es el único pueblo en este archipiélago y parece que bastante pintoresco (y con algún restaurant). ¡Maravillosa llegada! Hay dos, puede que tres, boyas libres. Y allí que vamos a la que está más afuera, de manera que desde popa, solo vemos mar y las otras islas, y enfrente el pueblito de casa de colores. Fantástico baño, ya no se mueve el mar, ni el barco como ayer, ni como esta mañana, de repente hay una gran paz, Casi no se oye nada…. Las dos horas de travesía han resultado ser casi 4 horas, con todas las maniobras incluidas, pero ha sido de una gran belleza. Se ha parado el viento, el agua esta buenísima…. Delante de nosotros hay un catamarán con bandera Suiza. “!Pero si es el She San!! dice Ana. Se habían encontrado en algún sitio… Y ese otro barco, el Micheline, estaba en Tenerife, también cruzo el Atlántico, justo una semana antes que el Trota…. Ana ha preparado en un santiamén un arroz a la cubana que nos comemos bien, bien a gusto. Mientras tanto llega el Mira y no tarda mucho en llegar su „dingui“ con Steffan y Felix.


Queremos ir al pueblo antes de que se haga de noche, es sábado y estará animado, y yo quiero invitarles a cenar. Pero pasan a saludar los del SheSan y los del Mira…. unas cervecitas. Todos muy amables, conozco a Monica, muy maja. Y los del She San, que ya llevan allí unos días, nos explican dónde está la mejor playa para snorkelling detrás del pueblo, a un Km de distancia aproximadamente. Información útil para mañana domingo. Al fin nos vamos al pueblo que es una monada, como de juguete, de casas de madera de diferentes colores, con sus restaurantes y sus heladerías. Cuatro tiendas, pero todo bastante armónico. Nos acercamos a la Iglesia pues se oyen cánticos. Hay una coral de mujeres ataviadas con unos colores preciosos y sus pañuelos en la cabeza, que cuando llegamos están cantando, los coros de Nabucco, luego Oh happy day… Y luego otras canciones más de la isla. Suena muy bien… Un rato estupendo. Después buscamos un restaurante para cenar. En el que tiene mejor pinta “ Au bon vivre“ ya está todo reservado, pero encontramos en Le Genois, con terraza al lado del mar y cenamos muy a gusto. Alli llegan los del Mira y con ellos vamos a buscar un helado para Laia y Felix y a tomar un Rhum Planteurs. Y allí aparecen los del She San y luego los otros del otro barco. Todos han cruzado el Atlántico y se suceden las anécdotas. Joan es el que más habla ahora, yo no me entero mucho porque aunque los del Mira me hablan todo el rato en inglés, en general la conversación va en alemán. Vuelta al dingui, que por la noche a mí me impone un poco, por ser el primer día pero vamos haciendo carreras con del Mira y llegamos sin problema al barco. ¡A dormir!, hoy sin vientos y sin ruido, como en un hotel de cinco estrellas.



Domingo 24. Bourg les Saintes excursión Plage Pompierre Diríase que se ha parado el mundo. Que bien se duerme aquí, que belleza de sitio al despertar y que baño, con el “Pain de Sucre” a al fondo a la izquierda y la isla de la montaña verde al otro lado.

Y como cada mañana un poquito de gimnasia en proa después del baño. Si los aperitivos son buenos en el Trota los desayunos „frühstück “ son mejores. Con pan tostado, queso, mantequilla, sésamo, todo tipo de exóticas mermeladas, te y café. Después del desayuno clase de Francés con Laia una hora y luego nos reunimos con los del Mira para ir a la Plage Pompierre. Una preciosidad de playa caribeña , grande, espléndida, con muchas palmeras, unas rocas que se elevan como una pequeña isla en el centro y arena blanca. Baño, paseo, snorkelling con Ana. Me veo blanca y pálida al lado de todos ellos curtidos por meses de Caribe. Nos hacemos unas fotos muy divertidas con Ana. Pasamos la mañana y cuando conseguimos sacar del agua a Felix y Laia volvemos. Comida en el barco, ensalada de tomate. Laia hace algo de Mates con su padre y a las 6 al pueblo. Compras en Bourg les Saintes, a la tienda que anunciaban en la guia, Maogany, que tiene todo azul y blanco, los colores del mar Caribe (ya la vimos pasando hacia la playa por la mañana) y la de la artista Martin Cotten, pintora, http://martinecotten.com/ . Pero la óptica para unas gafas que le faltan a Laia está cerrada. Los del Mira se han ido a otra cala con el SheSan, está muy cerca y llaman diciendo que es un sitio muy bueno con playa para hacer snorkieling alli mismo. Esta justo detrás del Pan de Sucre que está a un lado de la bahía. Decidimos que nosotros iremos mañana lunes. Genial la cena en el restaurante “ Au bon vivre„ , tahiti poissons, crudos, en salsa de coco y espadón semi cuit con hierbas. Estaba buenísimo con un buen chardonnay. El atún que se come Laia tiene también una pinta excelente. Nos invita Joan y además tienen Wifi, así que aprovechamos para descargar mails y WhatsApp. Al llegar al barco Ana coge la guitarra, un ratito de música en cubierta. “ Noche, noche en vela, tantas noches sin dormir….„ y “ Océano azul”.. suenan cada noche en el Trota. Y Laia que ya se había ido a la cama, vuelve a cubierta con su manta de forro polar y estrellitas de nieve que le regalo Carolina y se vuelve a dormir acurrucada a los pies de su madre….


Lunes 25. de Bourg les Saintes a Ansa a Cointe 
Nos despertamos con muy buen tiempo. El barco no se ha movido nada y hemos dormido de maravilla. Desayuno y clase de francés. Volvemos al pueblo con la dingui, porque como dice Laia, ayer no pudimos encontrar ni sus gafas, ni sus aletas, y además vimos una ferretería ayer domingo cerrada que quería ver el Capitán y además queríamos comprar pescado para invitar a cenar a los del Mira. Pero resulta que el pescado lo venden entre 7 y 10 de la mañana y cuando nosotros hemos llegado, ya había cerrado….. Por fin encontramos unas gafas estupendas para Laia y algunas cosas que hacía falta reponer en el Trota. Yo vuelvo a la tienda azul, „Maogany“ para comprar un regalo para mi amiga Chon y una falda blanca para completar mi conjunto veraniego. Además ya nos conocen en la tienda y nos han dado el password de la WiFi. Después de esta última incursión en Bourg Les Saintes, volvemos al Trota. Hace calor en el pueblo y salimos directos ya a la cala de al lado, “Anse á Cointe, Terre-Haute” que está muy cerca y que es realmente preciosa. A la izda. el “Pain de Sucre” a la derecha, le Chameau, una montañita de 300m toda verde, y detrás una entrada entre dos islas que parece un fiordo…, enfrente un playa muy coqueta “ Plage de Crown” Los del Mira ya nos esperan y nos indican una boya libre (que suerte) y enseguida vienen con su barquita Stefan y Félix para ayudar en el amarre. Riquísimo baño frente a playa con palmeras, realmente estamos muy cerca de una playa pequeña y al lado de las paredes del Point a Sucre, donde parece es un lugar perfecto para “snorkelling”. Y como siempre cuando yo acabo de secarme y de estirarme en proa, ya casi está la comida…. espaguetis con setas. No sé cómo mi hermana cocina tanto, tan bien y tan rápido en esa mini cocina, allí debajo de la escalera, Ciertamente le tiene cogido el truco. Relax en cubierta. Al poco rato llaman del Mira para ir a hacer snorkelling. Se van con sus trajes de neopreno, y yo me quedo escribiendo esta crónica y descansando un poco estirada en cubierta. Hace una tarde clara y transparente, lúcida. Tal y como estamos anclados la vista no puede ser mejor, y la brisa impide que haga demasiado calor. Si algo he aprendido de mi sobrina Laia estos días es a estar tumbada y relajada en las colchonetas de cubierta, protegidas por la capota, ella con la languidez de su pre- adolescencia, yo con el cansancio acumulado de mis años, cada una a un lado. Así me paso un buen rato. Que calma. Cuando vuelven del snorkelling yo estoy en el agua disfrutando del baño del atardecer, y después ya estirada y cambiada en cubierta, SunDown, (que dicen aqui ) o sea Sunset desde la caja del Trota, con una cervecita, mientras el Sol se esconde poco a poco. Impresionante la quietud del lugar, los reflejos en el mar, el color de las nubes, Por fin han decidido que cenamos en le súper catamarán de los suizos, el Shi San, y cada uno llevamos algo. Ana prepara su ensalada de calabacín, una remolacha con crema de coco, el jamón que vino desde Barcelona, vino gallego….. Monica trae „sushi“ y una ensalada de pepino buenísimo con eneldo…. Y después empieza el concierto, hoy con dos guitarras y dos estilos diferentes. Muy curioso. El Sr “SheShen”(no sé cómo se llama) está feliz de tener público y con sus dos libritos de canciones alpinas y marineras va alternando sus canciones con las de Ana. Un rato muy bonito. A Angela ( que entiende castellano) le emocionan las canciones de Ana en particular “ Océano Azul”. Joan nos ameniza también las últimas canciones, La temperatura es fantástica a estas horas, pero es tarde Laia y Félix ya dormidos. Como quien coge el coche aparcado en la puerta, cada uno, los del Mira y los del Trota subimos a nuestros respectivos dinguis y nos retiramos a nuestra “casa”.

Martes 26. Anse á Cointe. Snorkelling y paseo a Bourg les Saintes Mi vuelo es mañana día 27 a las 17h. Joan me dijo ayer que yo tomara la decisión, si quería que navegáramos ya el martes para estar allí el miércoles más tranquila, en cuyo caso dormiríamos en Point a Pitre (me dijo que era un lugar más o menos como el puerto comercial de Tarragona…) o si quería un día más aquí en la isla. El está seguro que saliendo de aquí el miércoles llegamos bien a “Point a Pitre” para mi vuelo. A mí que suelo ser de las que me gusta la seguridad en cuestión de viajes y vuelos, me da una pereza tremenda dejar este maravilloso lugar y tengo plena confianza en Joan y en el Trota de que llegaremos a mi vuelo saliendo de aquí el miércoles. Ya no se comenta más el asunto y decidimos aprovechar el ultimo día en el , “Anse á Cointe”. Y bien aprovechado, día completo. Baño “ as usual”, estiramientos, desayuno, Vienen a tomar un café Angela y el suizo del “She San”. Animada tertulia en cubierta. Le propongo a Laia ir a hacer un repaso de francés, pero le gusta estar escuchando la conversación de los mayores… les enseñan el barco, intercambio de libros y canciones. Muy agradable. Ellos se van ya hacia Dominica, creo. Y nosotros a continuación todos a la playa en la barquita, bien equipados de aletas, gafas , tubos protectoras solar, etc para hacer snorkelling, en las zonas de piedras y rocas. Recogemos a Félix en el Mira), Monica nos comenta que en la parte de las rocas es como un “acuario” y es verdad… Es impresionante lo que se puede llegar a ver cerquísima de la playa. Corales, peces de todos los colores, bancos de peces luminosos, plantas rosas, púrpuras….… Al cabo de un rato Joan y Laia tiene algo de frío y volvemos a la playa para un “aperitivo” que trajo Ana, que sienta fenomenal al calor de las rocas. Con Ana decidimos volver al barco a nado (no está muy lejos ) e ir primero a la parte de las rocas que estuvieron ayer tarde y yo no vi. Una preciosidad y un placer volver al barco a nado (unos 20 minutos) Para despedida cuando ya nadamos en torno al Trotamar un banco (inmenso) de jureles brilla como la plata debajo del agua. Para recompensar la mañana de ejercicio un arroz a la cubana (a petición mia) preparado por la capitana-cocinera. ¡Que a gusto me lo como!.

Han comentado los del She Shan que hay un sendero que lleva en media hora al pueblo, y que está muy bien como paseo/excursión. Y como nos había quedado alguna cosa pendiente, pues allí que nos vamos, Laia con su monociclo.. Efectivamente es media hora, pero hay que subir y hace calor, pero luego se baja y hay una buena brisa. Una preciosidad las vistas de las islas y las calas desde los puntos más altos. Vemos una iguana, solo nos cruzamos a dos chicas jóvenes francesas y llegamos al pueblo en poco menos de media hora con la rueda de la mono bici de Laia deshinchada,. Pero rápidamente encontramos a unos lugareños sentado a la puerta de su casa con dos bicis a los que Joan pregunta si tienen una bomba para hinchar la rueda de la bici, y efectivamente la tienen. El ambiente del pueblo entre semana a media tarde es distinto. Muy animado. Una visita muy agradable. De nuevo a la tienda de las pinturas de Martine Cotten para adquirir un regalo de cumple que celebramos el sábado en Altafulla ( lo recuerdo de repente, se me ha olvidado todo en estos días!) Y la vuelta del paso a la playa espectacular por las vistas del atardecer las luces y los reflejos en el mar tan quieto. Como siempre baño al llegar al barco. Esta vez bien a gusto porque hemos pasado calor y preparamos cena para los Mira, que invitamos a cenar al Trotamar. Tertulia muy agradable con Monica y Stefan. Laia y Felix, de nuevo acaban con sus mantitas dormidos en cubierta. Despedida porque mañana zarpamos temprano hacia Guadalupe , “ Point a Pitre” para llegar a mi vuelo…


Miércoles 27. Travesía de Ansa a Cointe a Point a Pitre, Boyas y bajos. 
A las 7 de la mañana, ya estoy despierta y Joan me avisa que si quiero bañarme es el momento porque vamos a salir. Baño rápido, de despedida, el capitán Ana y yo. Un placer ese último baño viendo salir el Sol con una preciosa luz amarilla. La travesía comienza tranquila 13-18 nudos, salimos por detrás del “Pain de Sucre” hacia el noroeste. Qué pena dejar este maravillosos lugar. La primera parte de la travesía una delicia, Tenemos que subir toda la isla de Basse- Terra hasta la capital “ Pointe a Pitre” que está arriba de todo de la isla. El barco se mueve mucho menos que el otro día en la travesía a Les Saintes; menos viento, olas más bajas, aunque también avanzamos a buen ritmo. En principio son 5 horas de travesía, sobre las 12, deberíamos de estar allí (pero yo no sé el “allí” que implica, para llegar a un sitio donde pueda pedir un Taxi al Aeropuerto) pero no voy preocupada. Angela del “She San” dijo que en la Marina te piden un taxi y en 20 minutos estas en el Aeropuerto. Fácil. Ana ha preparado un té para la salida y luego ya en marcha desayunamos y aparece Laia envuelta en su inevitable mantita de forro polar que le regalo Carolina, muerta de sueño… Como al cabo de una hora el Capitán que va siempre vigilando anuncia que hay que ir atentos porque hay muchas boyas de pescadores, que pueden enredarse en la hélice….Efectivamente, aparecen boyas a derecha y a izquierda y hay que ir sorteándolas, Laia hace un buen papel con sus gafas nuevas desde proa. Es un trozo, luego ya hay menos, otro rato de navegada tranquila…. Nos cruzamos con una barca de pesca, llevamos detrás un catamarán… y según nos vamos acercando, aparece más circulación… Fácilmente encontramos las boyas rojas y verdes que marcan el canal de entrada al puerto y a la Marina. Difícil elección el lugar donde quedarse, y después de anclar al otro lado del canal, vamos a la Marina, donde yo puedo pedir el Taxi, me imprimen la tarjeta de embarque, y ellos podrán cargar agua dulce, lavar la ropa etc. Cuando estás aquí en una Marina te das cuenta del privilegio que es estar en las calas y los sitios tan maravillosos en que hemos estado… con el cielo y el mar, como marco y la naturaleza como compañía.

Me da mucha pena irme, ¡he estado tan a gusto.! Aun me da tiempo de tomar algo con ellos en el Bar/terraza/ restaurante de la Marina, y me voy al Aeropuerto con la retina llena de imágenes y colores brillantes, la sensación del agua fresca de los baños y del sol cálido de proa, el abrazo y el cariño de mi hermana Ana, la fortaleza y el entusiasmo del capitán, la sonrisa de Laia, los susurros del Trota. La canción de las olas, el olor del mar, el viento en las velas…. Ha sido una experiencia fantástica, unos días distintos, un placer para el cuerpo y la mente. Gracias, muchas gracias a la tripulación de Trotamar, Joan , Ana y Laia!!








Naturaleza con mayúsculas

Dominica es la isla de NATURALEZA con mayúsculas. La vegetación es exageradamente exuberante y si te perdieras en el bosque podrías sobrevivir como un pájaro comiendo sólo los frutos de los árboles, como nos cuenta que hizo nuestro guía Bude durante el tiempo que vivió en una casa que se construyó en un árbol. El es un experto botánico que hizo su carrera en una universidad francesa y volvió a su isla, se hizo Rastaman y siguió sus estudios en la práctica, en el bosque tropical. Bude conoce todas las propiedades medicinales de cada una de las plantas que crecen en Dominica. Te sientes pequeña como botánica a su lado. Cuando estás en el bosque tropical y llueve como llueve en Dominica te sientes muy pequeño comparado con la fuerza de la naturaleza, así lo expresa una parisina que vino de paso y no volvió a Paris, pues se quedó prendada por la isla, y ahora regenta allí un restaurante en una playa de arena negra. La conocimos disfrutando de otra playa a la que había venido como nosotros a pasar la tarde, en su orilla sientes el calorcito del agua que baja del volcán y cuando ya te parece es demasiado caliente, las olas te refrescan con el agua del mar Caribe. No es la única que ha elegido Dominica como lugar de residencia. Encontramos perdido en la jungla, al descendiente de un inglés que se asentó en Dominica en 1932 y que tiene una pequeña fábrica artesanal de chocolate. !Y que chocolate! tan rico que no me pude resistir y tengo 20 tabletas en el cajón del Trotamar, una para cada día de la travesía de vuelta. Y es verdad, te sientes muy pequeña nadando por la garganta de Ti Tou Gorge y mas pequeña cuando después del estrecho pasadizo, llegas a un recodo donde cae la cascada con la fuerza del agua que ruge y te lleva en un remolino de corrientes. Y sientes la fuerza de la tierra en los nueve volcanes activos que se concentran en la isla, en el lodo naranja en el camino a la cascada de Trafalgar, con el agua ardiente que te quema los pies y te satura la respiración. Sientes la fuerza de la naturaleza en sus gentes, nobles y fuertes, algunos son descendientes de los esclavos que huyeron de las islas vecinas Martinique y Guadalupe, para vivir libremente en esta isla, que considerada por sus conquistadores demasiado salvaje y ruda para explotarla económicamente, permitió preservar durante un cierto periodo la población indígena y la africana que conseguía escapar. Posteriormente, en 1813 la población total de Dominica eran 26.000, de los que 21.000 eran esclavos. Podrías imaginar en sus descendientes la mirada del sufrimiento ancestral de la esclavitud, pero sus ojos agudos reflejan sobretodo el orgullo de su raza y la fuerza de haber sobrevivido a tantas dificultades y a alguno de los huracanes que visitan la isla, llevándose a su paso todo lo que encuentran. El Huracán David en 1979 y el Erika en 2015, arrasaron la civilización para dejar de nuevo paso a la naturaleza. Ojalá que las fuerzas de la naturaleza y los habitantes de esta isla, la preserven, como hasta ahora, del turismo que ha destruido otras partes del Caribe. Nos quedaron muchas cosas por visitar en Dominica. Si me pierdo me podéis buscar allí.

Links interesantes: (http://www.pointebaptiste.com/history.html)

Una almendra tropical y el fruto del Anacardo, el Cashew

El fruto del cacao

Aguacates en el árbol y una oruga que se transformará en una hermosa mariposa de grandes dimensiones y que come la planta representativa de Dominica, tóxica para todos los animales excepto para esta oruga.

Una mona del Caribe

Mi tatoo de polen de helecho

Trafalgar falls

Arbol y peinado antihuracanes

Martinique tiene un perla escondida

La Perla ha sido para nosotros lo mejor, o digamos de lo mejor de nuestro viaje. Un lugar deshabitado con sus palmeras, su arrecife, su playita, sus atardeceres de colores y una barbacoa de peces al estilo costaricense en la playa a la luz de las estrellas todos juntos.

Podría repetir estas palabras del blog del 2012 pero no sería del todo cierto, pues esta vez faltó la barbacoa en la playa y nuestros queridos amigos. Pero esta puntita norte, en el ultimo rincón de la isla, guarda siempre nuevos tesoros preciosos que descubrir: - Un camino en la jungla con lianas de las que colgarse como si fueras Tarzan de la selva, flores tropicales, bananeros, y árboles de formas caprichosas y enormes dimensiones. - Una cascada con ducha de agua dulce al final del camino. - Un fondo marino plagado de corales, esponjas, tortugas, barracudas y mil peces que pueblan el ecosistema del pequeño islote en medio del mar que da nombre al lugar. - Y la famosa ola del Tomate, muy querida por los surferos. ¡Como me hubiera gustado que cuando vino Tiago, el viento nos hubiese permitido anclar tan cerca de esa preciosa ola como lo hicimos esta vez!. La hubiera tenido en la puerta de casa y me imaginaba captando con mi cámara desde el Trota sus viajes sobre la ola. Hubiera tenido la oportunidad de surfear todo el día sin descanso. Laia sigue sus pasos y estuvo practicando con Félix en su pequeña tabla también sin descanso. Si se cansan juegan a la lavadora y dejan que las olas les arrastren y les den volteretas. Solo vuelven al barco cuando tienen hambre y entonces esperan los profes con los deberes de mates.

Paramos en la Perla para pasar una noche y demoramos tres días en soltar el ancla de nuestro pequeño Paraíso. Creo que tendremos que volver.

Santa Lucia

En Santa Lucia estuvimos un montón de días, no se cuantos, ¡porque ya hace muchos! y no se ahora que día llegamos y cuando nos fuimos. Pero sé que nos dió tiempo a arreglar velas de un barco, barandillas del otro y muchas mas cosas, a pasear por la marina y tomarnos cafés de los ricos, helados, pasteles de banana y pancakes de sabor inglés. Desayunamos cada día mangos, papayas y cocos recién cogidos del árbol, que nos trae Gregory por la mañana al barco en su barquito destartalado, en el que hace cuatro años transportaba un trozo de huerto en su techo hasta que se hundió por su propio peso. Nos dio tiempo a ir el viernes a la fiesta del pescado al pueblo de pescadores y comernos un pez a la parrilla con los del lugar, pasear por las calles llenas de música Reagee, de rastas y de puestos de comidas típicas y Rum Ponch. Por la bicicleta de Laia, conectamos con los del pueblo, sobretodo con los niños que quisieron probar como ir en una bici de una rueda. Los niños nos acompañaron a la playa a despedirnos, nos regalaron flores y nos alejamos en la oscuridad del mar mientras nos decían adiós con los brazos abiertos. Parecíamos extraterrestres dejando la tierra en nuestra barquita auxiliar, que nos llevó a nuestra nave que esperaba anclada allá lejos en la bahía.

¡Que contraste la vida en el pueblo de casitas de colores, con la vida en los hoteles de lujo que lo rodean!. Nos colamos al día siguiente en uno de esos famosos Resort, donde se casan tres parejas por día en un escenario kitsch de palmeras, flores, parasoles blancos y música de enamorados, donde “all inclusive” los turistas de lujo disfrutan de toallas enormes recién lavadas para las hamacas de playa, que recién usadas, recogen los empleados del hotel con guantes negros de goma, saborean cocteles en la orilla al atardecer servidos por camareros uniformados y vuelan en motos de agua, veleros y lanchas rápidas que surcan en zig zag toda la bahía. Otra vez parecíamos venidos de otro planeta, con nuestras ropas de barco, nuestros pelos llenos de sal y nuestras sandalias rotas de goma, que contrastaba con el aspecto cuidado y las ropas de marca de los habitantes del Hotel.

Nos dio tiempo también a ir a Pigeon Island y ver donde el pirata Pata Palo escondía sus tesoros, subir al fuerte que todavía está intacto en al cima de la isla, ver el mar e imaginar los grandes galeones aproximándose a la bahía. Y volvimos a disfrutar, como hace cuatro años, de los ratos en el restaurante del parque natural con música en vivo, exposición de cuadros de artistas del lugar y librería donde cambiar los libros ya leídos. En Pigeon Island Laia y Félix tuvieron clase en la playa, donde un Rastafari les explicó su filosofía de vida. Después en el barco, hay que hacer los deberes; un informe detallado de todo lo que aprendieron: „do the good the same way you may want the others to do and respect the goodness to others the same way you may want to treat yourself“.

El último día en la isla nos fuimos de excursión a conocer los famosos Pitones, el volcán con sus fuentes termales y el Jardín Botánico. Nos rebozamos en barro negro y nos escaldamos la piel para recuperar nuestro color natural en la balsa de agua caliente sulfurosa. Menos mal que después nos llevaron a la fuente de la eterna juventud y pudimos refrescarnos en las aguas cristalinas de la cascada. Saboreamos las ricas tortitas de pan de Casaba, el pan recién hecho en un horno de leña y probamos Ketchup de plátano y ron con especias. Santa Lucia es una isla preciosa, con una naturaleza exuberante, a pesar de ese turismo de medio lujo que está surgiendo en cada esquina de la isla, con Resorts y Shopping centers como los que puedes encontrar en cualquier lugar del mundo. Recintos cerrados que cierran paisajes y los convierten en standard de lugar de vacaciones, privando a los lugares de la autenticidad que los hace únicos, especiales y originales.

Abril aguas mil

Esta semana tenemos ducha de agua dulce en el Trotamar. Hemos sustituido la bañera salada, que nos sirve de aseo cada mañana, por una fresca y suave ducha de agua dulce en cubierta. Llueve desde hace tres días. Asoman las nubes negras y densas, cargadas de viento, por las montañas volcánicas de Martinica y van dejando a su paso una cortina de agua. Pero como tenemos una casa flotante podemos cambiarla de lugar, así que nos vamos a la isla de al lado, mas al sur, sin un volcán tan alto como el Monte Pelado de Martinique en el que se enganchan todas las nubes que pasan. Principalmente porque los dos barcos, el Mira y el Trotamar necesitan reparar algunas cosas para prepararse par la travesía del Atlántico, y la Marina de Rodney Bay, en Santa Lucia, es un buen lugar para eso, y también para recuperar la salud de nuestro pequeño grumete Félix, que se hizo amigo de unos cuantos virus extranjeros y del país, que vinieron de visita.

Radio Trotamar! siempre contigo yeyeiii!!! von Clarissa

Ana und Gathen traf ich zu einem traurigen Ereignis. mein geliebter Schwager und guter Freund von den beiden verstarb leider viel zu früh . Ana sang zu seiner Beerdigung in der Kirche . Gathen und ich unterhielten uns beim Leichenschmaus, während Ana sang und Louiz sie auf dem Klavier begleitete. 2011/12 hatte ich die Atlantiküberquerung zum Teil verfolgt. Ich fragte Gathen, ob ich mal mitsegeln dürfte, würde auch Mädchen fuer alles von Kinderunterhaltung bis Deckschrubben sein. Er gab mir seine Visitenkarte und wir verblieben nach dem Austausch einiger emails so , dass sie mich zu einem Segeltoern im Sommer einluden.

Zitat aus einer der mail. Ich schrieb: Interesse hätte ich an dem segeln, Saubermachen, Putzen, Kochen, Segeln lernen. Habe ca 300 Seemeilen Segel Erfahrung ohne dass ich es kann Bin seefest und mir ist auch beim schlimmsten Seegang noch nicht übel geworden.

Gathen antwortete: Deine vielen „Interessen“ passen alle, und 300 Seemeilen haben dir sicherlich eine Idee gegeben von dem was auf dich warten kann..

Von den Azoren ging es uber Porto Santo über Lanzarote mit wechselnder Besetzung nach Teneriffa.

Beim ersten Segeltoern lernte ich nach kurzer Zeit an Land von Laia unser *gurken* karten spiel ( vinotte) zu spielen. Kaum hatten wir abgelegt und die Segel gehisst, , wollte laia mit mir Gurken spielen. kein problem, trotz dem Wellengang. Sehr merkwürdig schauten oder besser gesagt, starrten mich Ana und Gathen an…so etwas hätten sie noch nie erlebt.jemand, dem es nicht schlecht wurde, und der sofort karten spielte. abwaschen, abtrocknen , etc.konnte.

Der Segeltörn war fantastisch wir haben uns von Anfang an sofort verstanden . Ich liebe die Wellen , ch liebe die See, ich liebe das Schaukeln, den Wind und die Sonne und die Sterne und den Mond und die Natur, die man so intensiv auf dem Schiff mitbekommt. Und ich liebe nette Menschen. allerdings ist dies bei Ana und Gathen untertrieben. Es sind wahre Mitmenschen, die versuchen Verstaendnis für Alles zu haben. Mit Anna und Gathen ist das Zusammenleben sehr einfach. Jeder schätzt und achtet den anderen so wie es eigentlich im richtigen Leben sein sollte. dadurch hat man auf dem Boot, obwohl es Quadratmetermässig so winzig klein ist ,eine unheimliche Freiheit sowohl in Gedanken als auch im Abschalten, um sich in seiner kleinen Welt wieder zu finden, die man immer wieder in einer engen Gemeinschaft als Rückzug braucht.

Beim ersten Törn im Sommer wurde ich gefragt, ob ich mit über den Atlantik segeln würde. Ich habe die Antwort noch offen gelassen, aber , als wir in Teneriffa ankamen und mir klar wurde, dass dieser Segeltrip zu Ende war, habe ich ein klares Ja gegeben.

Auch beim zweiten Toern haben uns sehr wohl in unserer sehr intensiven sechs Wochen anhaltenden Gemeinschaft gefühlt. Die Zeit war unglaublich schön und hat mir gezeigt, wie unproblematisch das Zusammenleben sein kann. Wir alle stammen aus kinderreichen Familien, eine Bereicherung, die uns heute noch prägt und die Dinge, die selbstverständlich sind, einfach macht. Als Kapitän ist Gathen einfach toll. Er strahlt Sicherheit aus, die sich auf jeden auswirkt. Keine sichtbare Nervosität, immer bedacht und mit klarem Kopf und Verstand hat er uns sicher beim Segeln geführt. Ana , immer hilfsbereit, die super Köchin, bei der auch die sonst für mich eklige Fischsuppe probiert werden kann und mich auf die Idee gebracht hat, sie auch ein zweites Mal zu probieren, hat uns immer gut bekocht und als Kuechenkapiaenin den Ueberblick über die verderblichen und nicht verderblichen Lebensmittel bewahrt. Was auf Land so einfach ist, ist auf dem Schiff durchaus nicht. Da gilt es zu denken, zu planen, zu überlegen. Und das mit den vielen Unverträglichkeiten an Bord… Hut ab.. Radio Trotamar ohne ihre Musik , ohne ihre kräftige warme gefühlvolle Stimme wäre nicht Radio Trotamar gewesen. Wie herrlich die Sonnenuntergänge auf dem Atlantik mit ihrer Musik, oft selber komponiert, oft komponierend. Danke, dass wir dabei sein durften. Dharani ist meine besondere ozeanische Freundin geworden …Ohne sie wäre unser Zusammenleben nicht so schön gewesen, weil sie eine so liebe Freundin ist. . Wir haben viel Zeit miteinander verbracht, viel geredet und auch beredet. Nicht nur auf dem Boot an sich, sondern beim täglichen mehrfachen Schnibbeln und Schneiden , Spülen und Abtrocknen, bei den anfallenden Arbeiten um das Boot, bei unseren gemeinsamen Einkaufen auf Land, bei unseren Erkundigungen an Land sind wir gute Freundinnen geworden. Danke Dharani , dass wir auch viel miteinander gelacht haben und schone, dass wir weiterhin Kontakt haben.

Laia hat mir viel beim Segeln lernen geholfen. Mit ein paar kurzen Randbemerkungen, die den Nagel auf den Kopf trafen, hat sie das Wesentliche erkannt und reagiert, wenn ich nicht weiter wusste und die anderen mit etwas anderem beschäftigt waren.

Vielen Dank , dass ich bei Euch und auf der Trotamar sein durfte. Es war ein besonders wichtiger und wunderbarer Teil meines Lebens.

Ach ja, nicht zu vergessen. Danke Trota für deine Standhaftigkeit und die vielen interessanten Geräusche und Begegnungen bei dir !!!!! In deinem Bug war ich auch beim schlimmsten Wellengang immer gut aufgehoben und ( was niemand verstehen konnte ) habe immer vorne im wackligsten Teil besonders gut geschlafen…..

Und last but not least……


“ Radio Trotamar! siempre contigo yeyeiii!!! de Clarissa

Conocí a Ana y Gathen en una triste situación, en el entierro de mi querido cuñado y gran amigo de ellos, que murió demasiado pronto. Ana cantó en la iglesia, Gathen y yo conversamos durante la comida después del entierro, mientras Ana cantaba acompañada por Loiuz al piano. Durante 2011/2012 seguí la primera travesía del Atlántico. Le dije a Gathen que me gustaría navegar una vez con ellos, yo estaría dispuesta a hacer cualquier trabajo, desde limpiar cubierta a entretener a Laia. Me dio su tarjeta y quedamos que intercambiaríamos e-mails. Finamente me invitaron a navegar con ellos en el verano.

Citas de nuestros e-mails:

Yo escribí: Me interesar navegar, limpiar, fregar, cocinar, aprender a navegar. Mi experiencia es de unas 300 Millas, pero no se navegar a vela No me mareo, ni en situaciones de muy mala mar.

Gathen contestó: Tus “intereses” encajan todos y las 300 millas te habrán dado una idea de que es lo que te espera.

De las Azores, pasando por Porto Santo y con diferentes tripulaciones fuimos a Tenerife.

Durante esta primera navegación aprendí con Laia el juego de los “ pepinos” un juego de cartas, el guiñote. Nada mas levar ancla e izar velas Laia aparecía con las cartas, tanto si el mar estaba en calma como si estaba movido. Con sorpresa me observaban Gathen y Ana…. Alguien que no había navegado y no se mareaba y directamente se ponía a jugar a cartas, limpiar vajillas, secar, etc.

La navegación fue fantástica, desde el primer momento hubo un gran entendimiento entre nosotros. Soy una enamorada de las olas, del mar, del balanceo, el viento y el sol, las estrellas y la luna, la naturaleza que se siente con tanta intensidad en un barco.

Me encanta la gente simpática, aunque en el caso de Ana y Gathen es mucho mas que esto. Son auténticos personajes que intentan tener entendimiento y aceptación para todo. Convivir con Ana y Gathen es sencillísimo. Cada uno respeta y aprecia a los demás como debería de ser en la vida normal. Asi se tiene en el barco una inmensa libertad a pesar de que el espacio para la vida se reduce a unos pocos metros cuadrados. Libertad espiritual y libertad para desconectar y retirarse al pequeño espacio, que hace falta de vez en cuando, al vivir en una comunidad.

En la primera navegada me propusieron acompañarles en la travesía del Atlántico. No respondí hasta que al llegar a Tenerife, estaba claro que quería acompañarles.

En navegada del Atlántico nos hemos sentido muy a gusto en la pequeña comunidad durante mas de seis semanas. Fue un tiempo maravilloso que me ha enseñado lo simple y agradable que puede ser vivir en una comunidad. Todos somos de familias numerosas y hemos aprendido cosas que nos acompañan toda la vida y hacen una convivencia sencilla.

Gathen como capitán es simplemente fabuloso. Irradia una seguridad que extiende a toda la tripulación. Ninguna expresión de nerviosismo, siempre con calma y con las ideas claras nos ha guiado con seguridad durante la navegación.

Ana, siempre dispuesta a ayudar, la gran cocinera que consigue incluso que yo pruebe la sopa de pescado que nunca me gustó, y me gustó. Siempre nos cocinó y como capitana de cocina controló las provisiones sabiendo que es lo primero que hay que comer para minimizar las perdidas. Algo que en tierra es tan sencillo en un barco puede ser un reto. Hay que pensar, planear, y ello con las diferentes alergias a bordo…. mi respeto….

Radio Trotamar sin su música, sin su voz fuerte y sensible, no hubiera sido la Radio Trotamar. Cuantos atardeceres maravillosos en el Atlántico acompañados por su música!, sus composiciones, y algunas veces componiendo. Gracias por habernos dejado participar!

Dharani se convirtió en mi gran amiga oceánica. … Sin ella nuestra convivencia no hubiera sido tan bonita, porque ella es una amiga tan bella!. Hemos convivido muchas horas, hablado y discutido mucho. Y no solo a bordo, sino durante nuestras tareas de cortar verdura, limpiar, fregar y otros trabajos a bordo, así como durante nuestros paseos de compras por tierra. Nos hemos convertido en grandes amigas. Gracias Dharani por haber reído juntas y que bonito seguir en contacto.

Laia me ha enseñado a navegar. Con un par de pequeños comentarios me ha indicado como poner las velas. Siempre daba en el clavo, reconociendo lo esencial de cada situación, cuando los demás estaban demasiado ocupados para darme explicaciones.

Muchas gracias por haberme permitido estar este tiempo con vosotros en el Trotamar. Fue una experiencia muy importante para mi y una parte maravillosa de mi vida.

y last but not least……

“ Radio Trotamar! siempre contigo yeyeiii!!!

23.09.2016 Martinique Surfeando las olas (Del Diario de Laia)

Martinica es una isla francesa, osea, estamos en Francia. Nos hemos separado del Mira aunque quizás mañana nos volvamos a encontrar. Tiago, mi hermano, está aqui. Hoy he ido con el a hacer surf, ósea quiero decir el ha ido a hacer surf y yo le he acompañado. Las olas eran enormes y para mi Tiago era el mejor. Había 6 surferos. Después hemos ido a pasear por la ciudad y queríamos comernos un coco fresco, pero no hemos encontrado ninguno, así que en lugar de un coco nos hemos comido un helado.

Vinieron solo una semana y se me encoge el corazón al despedirlos. Nos hemos quedado solos en esta casa flotante y con vistas al mar abierto. Fue un regalo tenerlos. Ver a Tiago al timón llevar el Trotamar con 30 nudos de viento, con la misma mirada de ilusión que cuando navegaba con nosotros cuando era un chiquillo, o tirándose al agua de un salto con pirueta. Verlo de nuevo enfundado en su traje de neopreno con su arpón decidido a pescar lo que encuentre a su paso. Y a su lado Katherina, que siempre serena, le acompaña en sus aventuras, siempre con su cálida sonrisa. Se nos ha pasado volando el tiempo con ellos. A pesar de la lluvia y el viento hemos podido disfrutar del calor del Caribe y del calor de estar de nuevo juntos a bordo del Trotamar.


23.09.2016 Martinique, Wellensurfen (Laia’s Tagebuch)

Martinique ist eine französische Insel, also sind wir in Frankreich. Wir haben uns von der Mira getrennt, aber Morgen treffen wir und wieder. Tiago, mein Bruder ist da. Heute bin ich mit ihm surfen gegangen, also ich meine, er ist surfen gegangen und ich bin mitgekommen. Die Wellen waren riesig, ich fand Tiago war der beste. Es waren 6 Surfer. Danach sind wir durch die Stadt spaziert, wir wollten eigentlich eine Kokosnuss essen aber wir haben keine gefunden, statt dessen haben wir ein Eis gegessen.

Sie kamen nur eine Woche und der Abschied fällt mir schwer. Wir bleiben alleine zurück in unserm schwimmendem Haus mit Meeresblick. Es war ein Geschenk sie hier zu haben. Den Tiago zu sehen, wie er mit 30 Knoten Wind die Trotamar steuert, mit der selben Begeisterung mit der er als Kind steuerte, oder wie er ins Wasser springt, oder in seinem Neopren, mit Harpune los zieht, und immer etwas mitbringt, mal ein Paar Fische, mal eine Lobster. Und an seiner Seite Katherina die ihn immer ruhig und mit einem warmen Lächeln bei seinen Abenteuern begleitet. Die Zeit ist wie im Flug vergangen. Trotz des Regens und des Windes konnten sie die Wärme der Karibik genießen, und die Freude wieder an Bord der Trotamar zu sein.

Martinica

Estamos en Francia y mientras esperamos la visita de Tiago y Catherine aprovechamos para poner el barco a punto y rellenar los armarios de provisiones. Vamos al Carrefour y me siento desconcertada con tanta variedad: inmovilizada con las vista clavada en la estantería plagada de latas de tomate, que seguramente contienen lo mismo, con diferentes etiquetas de colores. Las patatas y los quesos vienen de Francia, las naranjas de España, los tamarindos de Tailandia…. Hay de todo como en todos los sitios del mundo hoy día, independientemente de la estación y del lugar. ¡Y me duele comerme una naranja que viene de tan lejos!. Me huele a transgénico, a cámara de refrigeración, a conservante y al gasóleo gastado para su transporte. En Cumberland todavía no se podían comer mangos, pues aun no están maduros. Hay que esperar a que llegue el momento y empiecen a caer del árbol y entonces si que hay mangos. En Francia hay de todo. Aun asi Martinique guarda preciosos tesoros. Música tradicional que bailan las mujeres con faldas y pañuelos de cuadros de vivos colores, puestos donde venden dorados y atunes recién pescados que parten a golpe de machete, fondos marinos llenos de estrellas de mar y langostas. Y cuando Tiago se mete en el agua sube siempre con algo, asi que ya hemos cocinado una rica langosta. Y que contento el capitán de tener a bordo a su hijo mayor!.


Martinique

Wir sind in Frankreich, während wir auf Tiago und Katherina warten wird das Boot wieder auf Vordermann gebracht und die Schränke mit Proviant gefüllt. Im Carrefour verwirrt mich die Vielfallt, ein Regal voll Tomatendosen, alle mit dem selben Inhalt und verschiedenem Etiketten, Käse aus Frankreich, Orangen aus Spanien, Tamarindos aus Thailand…. es gibt von allem, unabhängig von der Jahreszeit. Und ich mag keine Orangen die von so weit weg kommen. In Cumberland gab es noch keine Mangos den sie waren noch nicht reif. Es muss gewartet werden bis sie reifen und von den Bäumen fallen, dann gibt es viele Mangos. In Frankreich gibt es immer von allem. Trotzdem verbirgt Martinique wunderbare Geheimnisse. Traditionelle Musik zu der die Frauen mit bunten Röcken und leuchtenden Farben tanzen, Strände an denen Tunfische und Dorados verkauft werden und mit dem Machete in Stücke geteilt werden, klares Wasser voller Seesternen und Langusten. Wenn Tiago ins Wasser springt bringt er immer etwas mit, so haben wir heute Languste gegessen. Und wie froh ist der Kapitän, seinen ältesten Sohn an Bord zu haben!

Miss you miauu

Seguimos navegando, pero falta en el Trotamar una sonrisa dulce al despertar, un alma organizativa que en un segundo ponga todo en orden para empezar el día. Llora el Caribe desde que se fue Dharani. Su cielo se cubre de repente de nubes grises y descarga un torrente de lágrimas de agua dulce. El arcoiris llena de colores el cielo gris, se cae el sol en el agua al atardecer y luego, amanece en calma en nubes rosas. Y en esos momentos tengo que reprimir el instinto de gritar: ¡Dharani! Corre ven!, como siempre hacía para que no se escapara el instante a su ojo de fotógrafa. Nadar alrededor del barco sola no es tan divertido como hacerlo en compañía y tampoco puedo multiplicar por dos nuestro minuto de gloria tumbadas después del baño sobre la teca caliente, al cálido sol y a la caricia del viento. A la hora de comer corto sola las verduritas en trozos pequeños y casi exactos, como lo hacía ella. Y después preparo las clases de francés con la dedicación que lo hacía ella. La recuerdo a la hora de la cervecita compartida a la caída del sol. Y sobre todo recuerdo la noche de su olvido, en la que nos dijo cosas preciosas, que como un tesoro guardaré para siempre en mi memoria. Ella no se acuerda, pero da igual. Fue hermoso descubrir a la dulce Dharani por dentro, con ese corazón cuidadoso y siempre agradecido. ¡Por Dios! exclamará ella al leer esto, el mismo “Por Dios” que inconsciente digo yo ahora en cada frase. Laia usa ahora su toalla y la dobla como ella y yo muevo el cuello como ella, para desatascar las cervicales, como una elegante girafa de cuello largo,. Waowww¡ exclamo como ella, ¡que suerte que viniera a esta navegada! Los sentimientos que se enredan con los vientos de una travesía Atlántica quedan liados para siempre . Y no escribo mas, que tengo que irme, pues no tengo con quien pelarme para hacer el fregote. Miauuuu miss you. 1 Love.

Cumberland

Wellcome back my friend! I know you. You were here before. Esta es nuestra bienvenida a Cumberland. A la que siguieron la sonrisa de Joseph el pescador, el abrazo de Elma, el saludo de corazón de Carlos y la visita de los dos amigos de Laia a los que cuatro años antes les regaló la bicicleta. Esta vez les regaló su balón y les invitamos de nuevo a chocolate y palomitas de maíz a bordo del Trotamar. Nos recuerdan, a pesar de haber pasado tanto tiempo y nos reciben como amigos. El Trotamar está atado a su palmera con el Mira de vecino. Estamos solos, pero a lo largo del día van viniendo otros navegantes que al ver nuestros barcos, se animan también a anclar en la bahía. Cumberland tiene algo que contagia tranquilidad. Sus gentes miran al mar esperando los pescadores, esperando los barcos, esperando la lluvia. Es gente de bien. Con botas de agua y machete se internan en sus huertos de selva para recolectar frutas y verduras. Los atardeceres tiñen el agua tranquila de un color dorado y reflejan los pájaros y las palmeras de la orilla. En la noche se oyen las ranas y los grillos y los ruidos de la jungla. El agua es tranquila, salada y dulce, fría y caliente, pues el rio desemboca en el mar y se mezcla cerca de la orilla. El mismo rio que cruzan sus gentes y nosotros a pie, donde hay menos corriente, cada vez que queremos salir de la bahía. Nos fuimos de excursión a la jungla, entre árboles gigantes, lianas, lluvia y papagayos. Encontramos un árbol cargado de limones y naranjas, el árbol de la canela, el arbusto de menta para el te, el del cacao, y los de mama-apple y guayabas. Y al final del camino Emerson, a quien también conocimos la otra vez, bajó cocos frescos de su palmera y los cortó con su machete. Dos para cada uno para calmar la sed. Antes de marchar regalamos a Carlos, el padre de los amigos de Laia ,el motor fuera borda viejo. Lo llevamos como repuesto por si falla el Honda, pero hace años que tengo el deseo de regalarlo en Cumberland. Carlos esta contentísimo, reparará un par de piezas y lo pasará a su cuñado que no tiene motor. El tiempo se detiene en la bahía y como siempre hemos estado menos días de los que hubiéramos querido, pero tenemos que partir de este lugar maravilloso en la Isla de Sant Vincent, a la que la gente no viene por miedo, porque alguna vez hubo un problema, sin ir mas lejos hace una semana, y ahora tiene la fama de ser el mas inseguro del Caribe. Nos vamos con el mismo recuerdo cálido que la primera vez que estuvimos y con regalos de Elma y de Carlos y el regalo de saber que donde uno sintió el corazón siempre será bien recibido.


Cumberland

Wellcome back my friend! I know you. You were here before. So werden wir in Cumberland willkommen. Danach das Lächeln des Fischers Joseph, die Umarmung von Elma, die herzliche Begrüßung von Carlos und der Besuch Laias beider Freunde denen sie vor 4 Jahren ihr Fahrrad schenkte. Diesmal schenkte sie ihnen ihren Fußball und sie bekamen wieder Schokolade und Popcorn an Bord, der Vater der Kinder bekam unseren alten Außenborder, den ich als Ersatz mit schleppe aber immer mit dem Wunsch in ihn in Cumberland zu verschenken . Obwohl es lange her ist können sich alle an uns erinnern und empfangen uns wie alte Freunde. Die Trota,ar hängt fest an ihrer Palme mit der Mira als Nachbarn. Wir sind alleine aber im Laufe des Tages kommen weitere Yachten die uns sehen und dann doch entscheiden hier zu ankern. Cumberland hat eine ansteckende Ruhe. Ihre Bewohner schauen aufs Meer in Erwartung der Fischer, der Yachten und des Regens. Es sind gute Menschen. Mit Gummistiefeln und Machete gehen sie auf die Felder oder in den Wald um Obst und Gemüse zu ernten. Die Abenddämmerung färbt das Meer golden gelb und spiegelt die Vögel und die Palmen des Ufers. Nachts hört man Frösche, Zikaden und viele Urwaldgeräusche. Das Wasser ist ruhig, salzig und süß, calt und warm, den ein Flußn mündet im Meer und mischt sich am Ufer mit dem Meerwasser, direkt an unserm Heck. Wenn wir die Bucht verlassen überqueren wir alle den Fluss, wie die Einheimischen, an der sachtesten Stelle. Wir haben einen Ausflug in den Regenwald gemacht, zwischen riesigen Bäumen, Lianen, Regen und Papageien. Wir fanden einen Baum voll Zitronen und Orangen, den Zimtbaum, den Pfefaminzbusch, den Kakaobaum, die Mama-Apfelbaum und den Guayaba Baum. Am Ende des Ausfuges hat uns Emerson, den wir schon vor vier Jahren kennengelernt haben, frische Kokosnüsse von seinen Palmen geholt und mit dem Machete geöffnet. Für jeden zwei, um den Durst zu stillen. Die Zeit bleib t in dieser Bucht stehen und wie immer sind wir nicht so lange geblieben wie wir gewünscht hätten. Bevor wir weiter segeln schenken wir Carlos, dem Vater von Laia’s Freundenm, unseren alten Außenborder. Ich hatte ihn als Ersatz dabei, aber immer mit dem Wunsch in ihn in Cumberland zu verschenken. Carlos ist begeistert, kleine Reparaturen sind nötig, dann bekommt ihn sein Schwager, der keinen Motor hat. Aber wir müssen weiter und diesen wunderschönen Ort verlassen auf der Insel St. Vincent, zu der viele sich aus Angst nicht trauen. Es hat hier Probleme gegeben, erst letzte Woche und sie hat den Ruf die gefährlichste Insel der Karibik zu sein. Wir segeln weiter mit den warmen Erinnerungen im Herz, so wie das letzte Mal und mit den Geschenken von Elma und Carlos und dem Geschenk zu wissen das wo einer das Hetz gefühlt hat er immer willkommen sein wird.

Bequia

En la bahía de Bequia flotan flores blancas entre los barcos y contrastan con el verde jade de sus aguas. Caen de los árboles que dan sombra al caminito que bordea la playa, donde están los restaurantes, casitas con adornos de filigrana de madera, como de cuento. El que mas nos gusta es el Gingerbread. Tiene rollitos de canela recién hechos por la mañana y pasteles de chocolate, de banana y de jengibre, rico café express y wifi. Recordábamos este sitio de nuestro otro viaje y esta vez era visita obligada. Al igual que la visita al mercado de rastafaris, que la otra vez llamaban a Laia rastagirl, le regalaban mangos y cantaban juntos one Love one Heart. Y con este mismo nombre reciben a nuestra niña que esta vez lleva su gorro rastafari de colores. Pero, ¿te acuerdas de nosotros? le pregunto al frutero mas joven, y me responde, „pues claro que si, hay gente especial que no se olvida nunca“. Nos saludamos con puño cerrado golpeando en el corazón y la mirada en sus ojos oscuros y llenamos el barco de piñas y cocos, y mangos y papayas y patatas y tomates…. Es emocionante sentir el calor humano y revivir un precioso recuerdo. Otra visita obligada en Bequia es el Santuario de Tortugas. En un rinconcito perdido, en una playa solitaria hay unas casas y vive un señor mayor que desde 1997 recoge las tortugas que nacen en la playa y las lleva a su reserva y las cuida hasta que se hacen adultas y tienen posibilidades de sobrevivir. Entonces las suelta en la playa, en una de las playas de una de las islas y asi ayuda a su repoblación. Aquí todavía esta permitido cazar tortugas, pues aunque no se pueden vender los caparazones, todavía esta permitido comérselas. Laia y Félix atienden a todas las explicaciones muy atentos, pues saben que su próximo proyecto para el cole es la vida de las tortugas. Un amanecer salimos despacito, con mar y espíritu en calma de la Admiralty Bay hacia nuestro próximo destino, Sant Vincent. En el camino nos cruzamos con siete cachalotes. Los vimos muy de cerca, tanto que tuvimos que cambiar el rumbo para no atropellarlos. Asi que ya tenemos tema para la próxima clase de esta escuela flotante: la vida de las ballenas.


Bequia

In der Bucht von Bequia schwimmen weise Blühten im Wasser zwischen den Booten auf dem Jade grünem Wasser. Sie fallen von den Bäumen die am Strandweg Schatten spenden, dort wo die Restaurants sind, in kleinen Häusern wie aus der Märchenwelt, kleine Holzhütten mit feinen Schnitzereien. Unser Lieblingskneipe ist die Gingerbread. Dort gibt es Zimmtrollen, Schokolade, Bananen oder Ingwer Kuchen, guten Espresso Kaffee und Wifi. Wir kannten es noch vom letzten mal, so wie den Rastafai Markt die vor vier Jahren Laia die Rastagirl nannten, sie schenkten ihr Mangos und sangen mit ihr „One Love One Heard“. Mir dem selben Namen empfangen sie Laia dies mal, sie hat ihre Rastafari Mütze an. Aber, kannst du dich an uns erinnern? Frage ich den jüngsten Gemüsehändler und er antwortet „ klar, es gibt spezielle Menschen die ich nie vergessen werde“. Wir grüßen uns mit der Faust auf dem Herz „Resspect“ und dem Blick der dunklen Augen und füllen das Schiff mit Ananas, Kokosnüssen, Mangos, Papayas, Kartoffeln und Tomaten ….. es ist spannend die menschliche Wärme zu spüren und alte Erinnerungen wieder zu erleben. Ein weiterer Pflichtbesuch ist der Schildkröten Sanktuary. In einer einsamen Bucht, am Strand stehen ein paar Hütten. In ihnen wohnt ein älterer Herr der seid 1997 die frisch geschlüpften Schildkröten am Strand aufsammelt und pflegt bis sie gross genug sind um alleine zu überleben. Dann setzt er sie an einem der Strände frei um so sein Aussterben zu verhindern. Noch Heute ist es erlaubt Schildkröten zu jagen, die Panzer dürfen aber nicht mehr verkauft oder verwertet werden, es ist aber erlaubt sie zu essen. Laia und Felix folgen gespannt allen Erklärungen, den das nächste Schulprojekt wird über die Schildkröten sein. Zur Morgendämerung haben wir langsam die Admiralty Bucht verlassen um zu unserem nächsten Ziel zu segeln, St. Vincent. Unterwegs begegnen wir sieben Potwalen. Sie kamen so nahe das wir eine Kursänderung machten um sie nicht zu kollidieren. Also ein neues Thema für die schwimmende Schule: Das Leben der Wale.

Azul turquesa en Tobago Cays

Flotamos durante tres días sobre un agua teñida de toda la gama de azules de una caja de acuarelas: azul claro, esmeralda, azul marino y turquesa. Cada vez que miras, el paisaje que nos rodea luce una nueva combinación de tonos azulados. En la franja de azul esmeralda se adivinan una sombras mas oscuras que se mueven. Son tortugas, que a veces sacan la cabeza para respirar o quizás para observarnos, de la misma manera que nosotros a ellas. Si te sumerges en el agua transparente, ves el fondo del mar y puedes nadar con ellas, seguirlas a distancia con cuidado y ver como vuelan en el agua moviendo sus aletas como si fueran alas. Vuelves la vista al cielo, donde vuelan las gaviotas que reflejan el verde esmeralda del mar. Los del lugar vienen con sus barquitos de madera y nos ofrecen pan tierno y bizcocho de plátano para desayunar, y atunes y langostas para comer. Por la noche, con las palmeras adornadas de estrellas, hacemos un fuego en la playa y los tripulantes de tres barcos compartimos peces y panes. Cantamos con la guitarra a duo, una de Vigo y yo del Pirineo. Ella canta un fado y yo una jota, mientras nuestras niñas, de la misma edad y de parecida historia de vida, juegan en la playa. ¡Que coincidencia y que suerte! que el barco vecino aloje en su cascarón a gente de nuestra tierra que comparte con nosotros, no solo su vino y mejillones de la ria, sino ilusiones y pasión por el mar, por la música y por la vida. El tiempo pasa deprisa, de excursión viendo iguanas y tortugas de tierra en los islotes que rodean los Tobago Cays, y corales, pulpos, erizos y peces de colores en sus arrecifes. Por la noche sopla el viento y amanece con el mismo arcoiris con el que se despide el sol al atardecer entre nubes de algodón. Nos quedamos un día mas de lo previsto atrapados en tanta belleza azul turquesa y todos de una vez, los de Vigo, los del Mira y nosotros, levamos anclas y nos despedimos lentamente de este lugar de ensueño, imagen turquesa del Caribe imaginado, para ir con nuestra casa flotante a conocer otros lugares, otras gentes y otros paisajes.


Blau Türkis in Tobago Cays

Drei Tage lang schwimmen wir in einem Wasser mit allen verschiedenen Blautönen: Hellblau, Smaragd, Türkis, Dunkelblau. Jedes mal wenn du dich umsiehst entdeckst du neue Blautöne. Und zwischen all dem Blau entdeckt man dunkle Schatten die sich bewegen. Es sind große Schildkröten die ab und zu zum Atmen den Kopf aus dem Wasser strecken, oder um uns zu beobachten, so wie wir sie beobachten. Wir können mit ihnen schwimmen, ihnen folgen und sie fast berühren, beobachten wie sie sich sanft bewegen, als ob sie im Wasser fliegen würden. Im Himmel fliegen die Möwen, auch sie haben das Türkis des Wasser als Spiegelung in den Flügeln. Die Einheimischen kommen in ihren Holzbooten und bieten uns Brot, Bananenkuchen, Tunfisch und Lobster an. Abends wir dann am Strand ein Feuer gemacht und mit zwei weiteren Jachten werden Fische und Brote geteilt. Wir singen im Duo mit der Gitarre, eine aus Vigo und ich aus den Pyrenäen. Sie singt ein Fado ich eine Jota während unsere Töchter, im selben Alter und mit ähnlichen Geschichten am Strand spielen. Was für ein Zufall und Glück! das in unserem Nachbarschiff Leute aus meiner Heimat wohnen, wir teilen nicht nur Wein und Miesmuscheln aus Galizien sondern die Liebe zum Meer, zur Musik und zum Leben. Die Zeit vergeht schnell, ein Ausflug an Land, zu den Leguanen und Landschildkröten, Tauchen bei den Korallen, Seeigeln und bunten Fischen. Nachts bläst der Wind und morgens begrüßt uns der selbe Regenbogen der uns Abends verabschiedet hat. Wir bleiben einen Tag länger als vorgesehen, gefesselt von so viel Schönheit, alle, die Freunde aus Vigo, die Mira und wir heben die Anker und segeln langsam davon, von diesem traumhaften Ort um mit unserem schwimmendem Heim neue Orte, neue Menschen und neue Landschaften zu entdecken.

Carriacou - Sandy Island

Ya llevamos dos días en Carriacou con las reparaciones, lavandería y provisiones. El Trotamar se vistió de colores con todas nuestras ropas colgadas de barandillas, obenques y escotas. Hoy tempranito por la mañana partimos hacia Sandy Island, en busca de playas de arena blanca, palmeras y aguas azul esmeralda. Pasamos la mañana en la playa, recogiendo conchas y viendo peces de colores bajo el agua. Pasamos la tarde a bordo del Trotamar hablando de libros y de vida, sin prisa, sin pausa, enlazando con la cena y con el sueño. Y ya estamos en Union, en Clifton. Recordaba este puerto intranquilo y ventoso, con mares fuertes y vientos salvajes y racheados. Hoy el Trotamar ha navegado tan tranquilo que decía yo que parecía un paisaje de Playmobil con un mar sin olas, el viento justo para mover el barco y el sol cálido que no quema. El Trotamar hoy parece una casa, no se mueve y el viento está en calma. Queremos aprovechar estos días para ir a Tobago Cays a nadar con las tortugas, pues no puede ser que tengamos tanta suerte que nos dure este buen tiempo y viento para siempre.

Las siluetas de las montañas se repiten en los diferentes lugares. Esta me suena muy familiar y me trae recuerdos de mis montañas, y de una muy especial ;)


Wir sind schon zwei Tage in Carriacou und voll beschäftigt mit Reparaturen, Wäscherei und Proviantkauf. Die Trotamar hat sich bunt angezogen als alle Wanten, Schoten und die Reling mit bunter Wäsche vollgehängt wurde. Heute sind wir dann früh losgesegelt, zur Sandy Island: weißer Strand, Palmen, türkises Wasser und viele, viele Fische. Den Vormittag haben wir am Stand verbracht, Muschen gesammelt und unzählige bunte Fische im Wasser beobachtet. Nachmittags an Bord der Trotamar, lange Gespräche über Bücher und das Leben, ohne Eile und mit Übergang zum Abendessen und zur Nachtruhe. Schon sind wir in Union, in Clifton. In meiner Erinnerung war dies eine windige und unruhige Bucht, mit starken Böen und viel Schwell. Heute ist die Trotamar so ruhig gesegelt, dass ich meinte es wäre wie eine Playmobil Landschaft, keine Wellen, sachter Wind, gerade genug um das Boot zubewegen und eine warme Sonne die nicht brennt. Heute fühlt sich die Trotamar wie ein Haus an, welches sich nicht bewegt. Wir wollen diese Tage nutzen um in die Tobago Cays zu segeln um dort mit den Schidkröten zu schwimmen, denn diese Ruhe wird nicht ewig bleiben.

Carriacou - Tyrrel Bay

Atravesamos un trocito de mar Caribe, desde Grenada a Carriacou. Navegamos en un mar llano de ceñida y de través con viento de 15 nudos y a veces a motor. Hace calor, mucho calor. Tanto que necesitamos una ducha de agua salada a medio camino. El Mira siempre mira y vio tres ballenas. Nosotros miramos cuando nos avisaron, pero era demasiado tarde y solo adivinamos el surtidor a lo lejos. Debimos pasar a su lado sin darnos cuenta. Vamos bordeando la costa de Grenada y observamos las casitas de tejados de colores y la exuberancia de la vegetación. Félix navega con nosotros. Llegamos a Tyrrel Bay tras varias horas de navegada. Llegamos al atardecer con una luz preciosa, Tyrrel Bay esta igual que hace cuatro años, salvo que hay muchos mas pequeños chiringuitos a lo largo de la carretera que dibuja la bahía.Desayunamos al día siguiente en uno de ellos mientras leemos whatsapps y emails. Nuestro capitán pasó toda la mañana de reparaciones, primero con la ayuda de Steffan el capitán del Mira y mas tarde con un alemán que vive en la isla y tiene un pequeño negocio para reparar motores. Después de mas de tres horas de trabajo y sudor consiguieron su objetivo, pero el barco parecía un taller de reparaciones: herramientas tiradas por todos los lados, palanganas con trapos llenos de grasa, piezas rotas y un sin fin de cosas fuera de su sitio. Y todavía no habíamos cocinado las dos super langostas que habíamos comprado por la mañana a unos pescadores. Nos las llevamos al mira para cocinarlas allí, pero el capitán tuvo que dejar sus labores en el Trota para venir a ayudarnos con semejantes bichos que nadie era capaz se meter en la cazuela. Estaban riquísimas, al horno con su mantequilla y su ajo. Las comimos en Mira y después nos fuimos con las barquitas hasta el pueblo. Había música en directo, tambores africanos que nos tuvieron hasta las tantas de la noche en danza.


Wir durchkreuzen ein Stück karibisches Meer, von Grenada bis Carriacou. Wir segeln in einem glatten Meer, mit 15 Knoten Wind. Es ist heiß, sehr heiß, so heiß dass wir unterwegs eine Salzwasserdusche nötig haben. Die Mira ist immer am beobachten (mirar) und sieht drei Wale. Wir durchsuchen den Horizont als die Mira uns über Funk von den Walen berichtet, aber wohl zu spät. Wir müssen sehr nahe an den Walen vorbeigesegelt sein ohne sie zu bemerken. Wir segeln in der Nähe der Küste und bewundern die kleinen Häuser mit den bunten Dächern und die überwuchernde Wildnis. Diesmal segelt Felix mit uns. Nach mehreren Stunden ankern wir in Tyrrel Bay. Mit der wunderschönen Abenddämmerung erreichen wir die Bucht, Sie hat sich seid unserem Besuch vor vier Jahren kaum verändert, abgesehen von ein Paar neuen Kneipen. Am nächsten Morgen gibt es in einer dieser Kneipen Frühstück und es werden die Emails und Whats-ups gelesen. Unser Kapitän verbringt den Tag mit Reparaturen, erst mit Stefan, dem Kapitän vom der Mira und danach mit einem Deutschen der auf der Insel wohnt und eine kleine Motor-Werkstatt hat. Nach drei Stunden Arbeit und viel Schweiss ist es geschafft und das Schiff sieht aus wie eine Werkstatt: überall Werkzeuge, Wannen mit fettigen Lappen, kaputte Teile und ein tolles Durcheinander. Und wir hatten die zwei Langusten die uns heute Früh von Fischern verkauft wurden noch nicht gekocht. Also sind wir mit den Langusten zur Mira gefahren um sie dort zu kochen. Aber der Kapitän von der Trotamar musste gerufen werden, er sollte seine Arbeiten liegen lassen und die zwei Biester in den Topf zwingen, den von uns war keiner dazu in der Lage. Mit Butter und Knoblauch im Ofen schmeckten sie sehr gut. Danach ging es mit den Beibooten an Land. Life Musik mit afrikanischen Trommeln bis spät in die Nacht.

El día de los círculos

Suena el despertador, que raro, ya no estamos habituados a su sonido. Pero es que hoy a las ocho de la mañana tenemos una cita en bar Tiki de Prickly Bay, donde Regina, la brasileña, organiza una danza para los habitantes de la bahía. Nos cuenta de la nueva tendencia: recuperar danzas ancestrales, danzas circulares que confirman la vida y celebran la naturaleza, para bailarlas con músicas actuales y extraerles su carácter meditativo. No hay mucha gente, pues es la primera convocatoria de este año. Laia y Félix bailan con nosotros, todos de la mano girando en el mismo sentido. En el medio hay un círculo pintado de colores con flores y pájaros y una vela que no consiguen encender con el aire. Empezamos el baile al ritmo de “Stand by me”. Regina nos cuenta que esta canción se cantó en diferentes lugares del mundo en un mismo momento, en una petición por la paz y la unión de los pueblos y nos enseña los pasos: derecha, izquierda atrás y otro pasito para adelante. Danzamos con música brasileña, africana y europea con nuestros pies descalzos, todos alrededor del mismo centro, con una sonrisa y con la sensación de que la unión hace la fuerza y da la paz. Es nuestra despedida de Prickly Bay. Con el pan tierno debajo del brazo volvemos al barco, desayunamos tranquilos, levamos anclas y nos vamos hacia el norte de la isla. Vamos a una bahía en la que nos han contado que hay estatuas en el fondo del mar. El sitio es precioso y hay dos boyas, una para cada barco. Vienen cuatro pescadores en un barca de remos. Los remos son dos trozos de árbol grandísimos que maneja el mas viejo de ellos con increíble destreza. Nos ofrecen una garupa de 23 libras de peso. Dudamos de si comprarla o no, pues es enorme, pero acaba troceada en nuestro tuper grande en la nevera y el resto va directo a la sartén. Todavía quedaba suficiente luz después de comer para ir a bucear y ver que esconden las aguas transparentes de la bahía. Como si estuviera viendo una película, descubro bajo el mar un circulo de estatuas humanas que se dan la mano, como en una danza silenciosa, como en la danza circular de esta mañana. Es precioso descubrir en el fondo del mar esas figuras humanas. Parecen reales, parecen que tuvieran vida, aunque esta quietas, petrificadas, son estatuas. Están cubiertas de corales y algas de colores y rodeadas de peces. Volvemos al barco con la luz del atardecer y por la noche, sin nada de viento, el Trotamar danza, muy despacito, en circulo alrededor de su boya al ritmo de las olas.

Garupa


Der Tag in Kreisen, 2. März Der Wecker klingelt, merkwürdig, wir sind an das Klingeln nicht mehr gewöhnt. Heute müssen wir aufstehen den wir haben uns um 8 Uhr in an der Tiki Bar in Prickley Bay mit Regina, der Brasilianerin verabredet. Sie leitet für alle Bewohner der Bucht, die dazu Lust haben, die „circular dances“. Neue und alte Tänze, meditativ und voller Liebe. Wir sind nicht viele, denn es ist das erste mal in diesem Jahr. Laia und Felix tanzen mit. In der Mitte des Kreises ist ein Bild mit Vögeln und Blumen und eine Kerze, die mit dem Wind nicht brennen will. Es beginnt mit einem Tanz im Rhythmus des „Stand by me“, Regina erklärt, dass dieses Lied in verschiedenen Kontinenten gleichzeitig gesungen wurde, als Gebet für den Frieden und die Vereinigung aller Völker und sie lehrt und die Schritte: rechts, links, ein Schritt nach hinten, einer nach vorne. Wir tanzen zu brasilianischer Musik und zu afrikanischer und europäischer Musik. Es ist unser Abschied von Prickley Bay. Mit dem warmen Brot unter dem Arm fahren wir zu unserem Schiff zurück, ein ruhiges Frühstück und wir heben den Anker und segeln zum Norden der Insel, zu einer Bucht in der es Unterwasserskulpturen geben soll. Die Bucht ist wunderschön, mit zwei Boyen, eine für jede Jacht. Da kommen vier Fischer in einem Ruderboot, die Ruder sind lange dünne Baumstämme die sie mit sehr viel Geschick einsetzen. Sie bieten uns eine 23 Pfund Garupa an. Wir zweifeln ob sie nicht viel zu groß ist, aber am Schluss landet sie in Files in unsere größten Box im Kühlschrank und der Rest direkt in der Pfanne. Nach dem Essen war es noch hell genug um den Meeresgrund zu erkunden. tatsächlich stehen da Steinmenschen am Meeresgrund und halten sich die Hände. Bedeckt mit Algen und Korallen, ruhen ganz unterschiedliche Menschen am Meeresgrund während die Fische an ihnen vorbei schwimmen. Zur Abenddämmerung kehren wir zur Trotamar zurück und Nachts, bei totaler Windstelle tanzt die Trotamar ganz langsam im Kreis um ihre Boye.

El mundo es un pañuelo

Dicen que los catalanes están por todo el mundo y comprobamos una vez mas de que no solo se dice, sino que asi es. Anclados en la bahía de Secret Harbour, por la mañana, veo una barquita de madera que viene de la bahía de al lado con una chica con un sombrero de ala ancha y un niño rubio en la proa. Escucho sus voces a distancia. Hablan español. La saludo y le hago señas para que se acerque. Me suena tanto su estilo, sus ojos verdes, su pelo oscuro y su sonrisa, que me parece estar viendo a alguien muy conocido. Viven en la bahía de al lado en un barco que es su casa y que su marido, carpintero de ribera, repara con paciencia dia a dia, para algún día partir hacia mares conocidos. Además del niño rubio de mirada aguda, tiene una hija de 10 años que está en el cole. La va a buscar ahora con su barquita y cuando venga de vuelta pasará para conocer a Laia. Ella es de Barcelona, el inglés, y por ellos nos cambiamos de Bahía a Hog Island, donde comimos por primera vez sabrosas caracolas y con ellos fuimos a la playa de Prickly Bay a celebrar el 11 cumpleaños de su hija y alli conocimos a Jordi que viaja con su mujer y su hija por el Caribe. El idioma oficial de repente era el catalán y parecía que estábamos en la playa de Castelldefels tomando una Estrella en vez de en esta playita a miles de millas tomando una Carib. Mas de quince niños de barco de todas las edades jugando en la playa hasta el atardecer. Pasteles de manzana y de chocolate horneados en el barco de la cumpleañera con su amiga Laia. Cantamos el cumpleaños Feliz en cuatro idiomas: inglés, alemán, español y portugués, pues también había una familia brasileña, con niños, que vive aqui en otro barco. Volvimos de noche cerrada, con las barquitas, sorteando arrecifes, desde Secret Harbour a Hog Island donde esperaban el Mira y el Trotamar. Hoy tuvimos que volver a Prickly Bay, esta vez con el Trota, pues Laia tenía dolor en una muela y nos dijeron que aqui al lado hay una buena dentista. Ahora solo puede comer helados y esta noche tendremos que llamar al Ratón Perez para que se lleve la muela que le quitaron y le traiga 5 ECDolars.

El chocolate de despedida

Tengo en el cajón del chocolate del Trotamar un alijo de diferentes tabletas de Grenada, con sus fundas dibujadas, de colores vivos y atados con un cordel. Es el regalo de despedida de Clarisa y vienen con un papel de estraza en el que ella escribió las instrucciones: comer disfrutándolo. Estoy esperando una ocasión especial para abrir el primero, y disfrutar despacio de todas sus notas de sabor: fuerte, dulce-amargo, frutos rojos, especias.… Inevitablemente me traerá el recuerdo de Clarisa, de su fuerza, de su espíritu alegre y divertido, de su carácter dulce y directo, de su voz cantarina, y sobre todo de su actitud siempre positiva. El sabor del chocolate negro se confundirá en mi memoria con el sabor amargo del te negro que ella bebe a todas horas, o que bebía cuando todavía teníamos gas para cocer agua a todas horas, el dulce con el recuerdo de las galletas de avena que completaban su dieta y que nos invitaba a comer para tener energía para las maniobras, el sabor de frutas me sabrá a los vasos de zumo de multivitamina efervescente que nos ofrecía para enfrentar los malos ratos. Será fácil disfrutar ese chocolate en el recuerdo de la travesía del Atlántico en compañía de Clarisa, con su conexión con la energía del universo, que la hace indestructible e indeleble al movimiento del mar o a las fuerzas de la naturaleza. Fue un gusto para mi ver su capacidad de disfrutar de todo, su capacidad a veces casi ingenua de ver las cosas. Y es que compruebo una vez mas que la felicidad compartida se multiplica por dos. Se fue desde Secret Harbour y la vimos sin verla cuando pasó el avión por encima del Trotamar, sentada en su sillón lejos de la ventanilla, con lagrimas de emoción resbalando por sus mejillas por fin bronceadas por el sol del Caribe y su sonrisa mas dulce. Gritamos “Adios Clarisa” al unisono con todas nuestras fuerzas y saludamos todos desde cubierta con los brazos abiertos. No importa que no nos viera con los ojos, pues nos vio con su alma despierta. Y cuando esté en Alemania curando gatos, tortugas y perros y cuidando caballos, con la nieve en los pies, oirá el sonido de las olas y nuestras voces gritando “ ¡Radio Trotamar! siempre contigo yeyeiii ! „


In der Schokoladenschublade habe eine Sammlung verschiedener Schokoladen aus Grenada, mit seinen bunten Verpackungen und mit einer Kordel zusammengebunden. Es ist ein Abschiedsgeschenk von Clarissa und auf der Verpackung steht die Anleitung: mit Genuss, Grüße. Ich warte auf eine Gelegenheit um die erste zu öffnen und in Ruhe all seine Raffinessen zu geniessen: kräftig, süß-sauer, rote Früchte, Gewürze…. und sie wird mir die Erinnerungen an Clarissa bringen, ihre Kraft, ihr fröhlicher und lustiger Geist, ihr liebevoller und direkter Charakter, ihre singende Stimme und immer positive Einstellung. Der bittere Geschmack der dunklen Schokolade wird sich in meinen Erinnerungen vermischen mit dem bitterem Geschmack der schwarzen Tees, den sie sich zu jeder Zeit bereitete, als wir noch genügend Gas hatten. Der süße Geschmack wird sich in meinen Erinnerungen vermischen mit dem süßen Geschmack der Hafer Kekse mit der sie ihre Diät ergänzte und zu denen sie uns immer einlud um Kraft bei den Manövern zu haben, oder der Geschmack der Brausetabletten die sie uns angeboten hat um die schwierigeren Situationen zu überwinden. Es wird einfach sein diese Schokolade mit den Erinnerungen an die Atlantiküberquerung mit Clarissa zu genießen, mit ihrer Verbindung zu der Kraft des Universums die sie stark und unzerstörbar vor den Kräften der Natur und den starken Schwankungen stehen lies. Es war ein Genuss zu sehen wie sie alles auskosten konnte, eine fast unschuldige Form alles zu genießen. Ich habe noch einmal erkannt, dass ein geteiltes Glück doppeltes Glück ist. Sie ist in Secret Harbour losgefahren und wir sahen sie ohne sie zu sehen als sie im Flugzeug über uns hinweggeflogen ist, auf ihrem Platz weit weg vom Fenster, mit Tränen in ihrem Gesicht das endlich durch die Sonne gebräunt worden war. Wir alle haben geschrieen “Adios Clarissa” und mit all unseren Kräften vom Deck mit den Armen gewunken. Das sie uns mit den Augen nicht sah war unwichtig, mit ihrer wachen Seele hat sie uns gesehen. Und wenn sie bald in Deutschland Katzen, Schildkröten, Hunde und Pferde heilen wird, mit dem Schnee bis zu den Knöcheln steht, wird sie die Wellen des Ozeans hören und unsere Stimmen “ Radio Trotamar! siempre contigo yeyeiii!!!

Travesía al Caribe

Texto en Español detras del Alemán. Endlich der Deutscher Text:

Grenada duftet nach Kakao, Muskatnuss. Grenada ist Karibik in Farbe. Die Häuser mit ihren kolonialen Balkonen sind ein Gemisch von Baustilen, Materialien und Farben; rosa angestrichen, zitronengelb, blau und smaragdgrün, wie das Wasser in Prickly Bay, wo wir vor Anker liegen, dieselbe Bucht, die uns vor vier Jahren empfing. Es hat sich wenig verändert. Was sich seit damals aber sehr verändert hat ist meine Tochter. Sie kam hier in demselben gestreiften Hemd an, das gleiche, das ihr Vater trägt; die Hemden, die sie immer an den langen Fahrten tragen, blau mit feinen weißen Streifen. Aber sie kam sehr verändert an, mit den langen Haaren in drei Farben, dunkel in der Wurzel und hell in den Spitzen, von der Sonne gebleicht, mit ihren langen Beinen, mit ihrem langen Blick und ihrem vollen Lächeln. Nachdem wir ankamen, vergewisserte sie sich, dass der Anker sicher lag, zog ihr Hemd aus und ohne jemanden zu warnen sprang sie über Bord, hinüber zum Mira, wo Felix glücklich auf sie wartete.

Seit drei Tagen liegen wir hier, drei Tage lang feiern wir die Ankunft mit Carib Bier, Fisch mit Reis, jeden Morgen mit frisch gebackenem Brot und jeden Abend mit Live Music und Tanz. Nach 17 Tagen auf dem Meer genießt man die kleinen Freuden des Landlebens. Auch wenn wir die Stunden auf dem blauen Ozean mit seinem unendlichen Horizont vermissen.

Für uns ist es eine ruhige Überfahrt gewesen, ohne Zwischenfälle. Gleichmässiger Wind und gleichmässig hohe Wellen, kein Unfall, kein Zwischenfall, kein Squall mit Wind über 30 Konten, keine schlaflose Nacht, kein Schiff in Sicht, ausser zwei kleinen Booten, die unseren Kurs 300 Meilen vor der Karibischen Küste kreuzten, als wir an Tobago vorbeifuhren und die nur unsere Nachtwache erschraken. Ein Glück, dass wir unsere Bordapotheke, die wir so sorgfältig vorbereitet hatten, nicht benutzen mussten. Viele leckeres Essen an Bord, viele gefischte Fische, zwei Dorados und eine Caballa, die über ein Meter lang war.

Wie immer war die Aktivität in den ersten Tagen der Überfahrt gering, ausser etwas Lesen, denn wir mussten uns erst an die heftigen Wellen gewöhnen, aber nach wenigen Tagen begann das Leben an Bord: Herstellung von Anhängern aus Kokosnuss, Armbändern aus Filz und Muscheln oder geflochtenen Bändern, Bilder von Schiffen, Delfinen und Walen.

Duschen an Deck und angenehme Ruhen in der Mittagssonne, die wärmte, aber noch nicht zu heiß ist, Aperitife, schmackhaftes Essen mit frisch gefischtem Fisch. Nachmittags gibt es einen Tee mit Keksen für Clarissa und Popkorn für Laia und abends vor der ersten Wache gibt es Schokolade. Sobald es dunkel wird, fängt das Programm von “Radio Trotamar, die transatlantische Sendung, ihr ständiger Begleiter” Es werden Witze gemacht und gelacht und die Tagesnachrichten von diesen beiden Booten werden zum Besten gegeben. Es gibt Wetternachrichten , in denen für die nächsten drei Stunden von Winden mit über 60 Knoten berichtet wird… am Cap Horn und an der Galizischen Küste, ein Kinderprogramm die unsere kleinen Matrosen vortragen, sie erzählen von den Abenteuern, gefischte und verlorene Fische. Musik mit Gitarre und Cavaquiño und die neuen Kompositionen von der letzten Nacht. Das Programm dauert einen halbe Stunde, voller Lachen und Emotionen. Danach verabschieden wir uns mit einer Guten Nacht und einer Guten Wache.

Wir erlebten das Abenteuer von der Mira mir ihrer Unterwasserreparatur des Ruders der Windsteueranlage. Als ich eine Nacht Wache hatte bemerkte ich, wie die Mira den Kurs wechselte und an Deck Taschenlampen hin und her leuchteten. Das Ruder der Windsrteueranlage hatte sich gelöst und hing nur noch an einem Sicherungstau. Ohne Windsteueranlage hätte die Mira per Autopilot gesteuert werden müssen, und wenn die Batterien dafür nicht gereicht hätten, hätte sie per Hand weiter gesteuert werden müssen. Also wurde eine Reparatur geplant und vorbereitet. Der Kapitän würde an den Beinen festgehalten und über Kopf, unter Wasser sollte er das Ruder wieder in den Ruderstift schieben und dann sichern. Die Trotamar sollte dabei dicht hinter der Mira fahren, um Stefan aufzufangen, falls etwas schief gehen sollte und er losgelassen werden musste. Die Anspannung war in beiden Crews gross, aber es funktionierte und nach wenigen Minuten war es geschafft, Stefan hatte ordentlich Wasser geschluckt, aber war wieder heil an Bord. Von da an steuert Henry weiter die Mira, bis in die Karibik, so wie Timoteo die Trotamar steuert. Timoteo gab uns auch einen kleinen Schrecken, kurz nach der Ausfahrt von Mindelo entdeckten wir ein defektes Teil, aber der Kapitän konnte es schnell reparieren und es hält bis heute.

Und so haben wir den Atlantik überquert, ein Boot neben dem anderem, von Cap Verde bis Grenada. Manchmal so nahe, dass wir uns laut verständigen konnten und die glänzenden Gesichter erkennen konnten. Meistens betrug der Abstand aber über einer Meile und einige Tage bis zu zehn Meilen, da nachts die Kurse manchmal auseinander drifteten …. die Mira passte dann den Kurs so an, dass die Wellen sachter das Boot trafen und die Crew besser schlafen konnte. Im Trota schlafen wir alle gut, wenn wir keine Wache haben. 1ª) 20:00 p.m Ana, 2ª) 22:30 p.m. Clarissa, 3ª) 01:00 a.m. Capitán. 4ª) 03:30 a.m. Dharani, 5ª) 06:00a.m. Ana. Die sind die Wachen, und jede Nacht rotieren sie um einen Platz; wer die erste Wache hat, hat dann die zweite. Wir gewöhnen uns an diesen Rhythmus, den Schlaf mitten in der Nacht zu unterbrechen und danach an derselben Stelle weiter zu schlafen. Für mich sind die erste und die letzte Wachen die schönsten. Da schläfst du sechs Stunden, fast mehr als zu Hause, wenn wir für die Schule früh aufstehen müssen, und du kannst in Ruhe die Morgendämmerung genießen. Es gibt dunkle Wachen, mit einem bewölktem Himmel, ohne Mond oder Sternen, nur mit dem glänzenden Plankton, durch das unser Rumpf ins Glimmern gebracht wird. Während dieser Fahrt hatten wir dunkle Nächte, Sternen Nächte, Mond Nächte…. die ganze Palette an Möglichkeiten.

Und nun fängt für uns ein neues Abenteuer an: das Leben in unserem schwimmendem Heim. Jeden Morgen ein Bad in unserem Salzwasserbecken, direkt am Heck, 34 °C, danach wird an Deck die Sonne begrüßt, mit dem sachten Morgenwind, Fahrt im Beiboot zum Bäcker, um frisches Brot für Mira und Trotamar zu holen, Frühstück, Kaffee, danach Schule für Felix und Laia. Monika geht ihrem Beruf als Lehrerin nach und unterrichtet Deutsch und der Kapitän der Trotamar übernimmt den Mathematik Unterricht. Weitere Bäder, Spazierfahrten im Beiboot zur Kneipe in Prickly Bay, oder zur Wäscherei, Einkäufe oder Fahrt in die Stadt, nach St. Georges. St. Georges ist voller Aktivität: Autos, die hin und her fahren, Kinder in Schuluniform, die nach Hause kommen, kleine Boote, die beladen mit Bierkästen, Baumaterial oder anderen Ladungen zu kleinen Inseln aufbrechen… und ein Markt voller Gewürze, Gerüche und Farben. Es ist die Insel der Gewürze: Muskatnuss, Zimt, Nelken, Kurkuma, Ingwer … und Kakao! Unsere größte Entdeckung beim Spaziergang durch diese Stadt ist das kleine Museum der Schokolade, welches alle Geheimnisse dieser reinen und biologischen Schokolade verbirgt. Dort kann ich die beste Schokolade probieren, die ich in meinem Leben genießen durfte. Voller Geschmack und Gefühle. Wenn ich könnte, würde ich die Trotamar bis obenhin mit Schokolade aus Grenada ausfüllen.


Grenada huele a cacao y a nuez moscada. Grenada es Caribe de colores, con sus casas de barandillas coloniales, mixtura de estilos, materiales y colores, pintadas de rosa, de amarillo limón, de azul y verde esmeralda, como el agua de la bahía de Prickly Bay, donde estamos anclados, la misma que nos recibió hace cuatro años. Poco ha cambiado desde entonces. La que ha cambiado mucho desde entonces es mi hija. Llegó al Caribe con el mismo modelo de camiseta que la otra vez; el azul de rayitas finas blancas, igual que el de su padre, el que visten en todas las travesías. Pero llegó cambiada, con su melena extra larga de tres colores, oscura en la raíz, mechones cobrizos y decolorada en las puntas por el sol, su mirada mas larga que sus piernas largas y su sonrisa llena. Llegamos, comprueba que el ancla esta en su sitio, se quita su camiseta de travesía, se tira al agua sin avisar y se va nadando al Mira donde la espera Félix.

Llevamos tres días aqui, tres días celebrando la llegada con la cerveza Carib, el pescado del día con arroz, pan recién horneado cada mañana y música en vivo para bailar cada noche. Después de 17 días en el mar se reciben con gusto los pequeños placeres de tierra. Aunque echemos en falta las horas de océano azul y horizonte infinito.

Fue para nosotros una travesía tranquila. El viento constante, al igual que las enormes olas, ninguna accidente ni incidente, ningún chubasco de mas de 30 nudos de viento, ninguna noche sin dormir, salvo la primera que es siempre incómoda, ninguna barco a la vista, salvo dos pequeñas barquitas que cruzaron nuestro camino a unas 300 millas de la costa caribeña, en la intersección con Tobago y que solo asustaron con sus luces a nuestra vigía de guardia de noche. Gracias al cielo, ninguna necesidad de usar nuestro botiquín de a bordo que tan esmeradamente habíamos preparado. Muchas comidas sabrosas a bordo y muchos peces en la caña, dos dorados y una preciosa caballa de mas de un metro de largo.

Los primeros dias, como siempre, no hubo mucha actividad a bordo, salvo la lectura, pues había que acostumbrarse al violento movimiento de las olas y al viento, pero en pocos días empezó la vida: taller de collares de coco, de pulseras de fieltro y conchas, de pulseras de hilos tejidas, dibujos de barcos y delfines y ballenas.

Duchas de agua de mar a bordo y reposo al agradable sol mediodía que calienta pero no quema, aperitivos y ricas comidas con pescado del dia recién pescado. Por la tarde hay te y galletas para Clarisa y palomitas de maiz para Laia. Y cuando cae la noche empiezan la emisión de Radio Trotamar, la radio Transatlántica, ¡siempre contigo! Entre risas y bromas comentamos las noticias del dia de estos dos veleros que cruzan lentamente este océano de aventuras. Hay noticias del tiempo que con mucho sarcasmo informan de vientos de mas de 60 nudos para las próximas horas…. en Cabo de Hornos o en las costas gallegas, programa de niños a cargo de nuestro grumetes que con la elocuencia de un buen reportero, cuentan sus aventuras del día pescando y perdiendo peces. Hay música con guitarra y cavaquiño y nuevas composiciones que siempre surgen en las guardias de noche. El programa dura una media hora de risas y emociones. Y nos despedimos con un buenas noches y buena guardia.

Vivimos la aventura del Mira y su reparación bajo el agua del timón automático de viento. Una noche mientras estaba yo de guardia vi que el Mira hacia cambiado su rumbo y se veían sus linternas corriendo nerviosas por cubierta. Se había soltado el timón de su piloto automático de viento. Quedaban dos soluciones: seguir con el magnético y llevando el timón a mano cuando fallaran las baterías o solucionar el problema. A la mañana siguiente, de las piernas, con la cabeza sumergida en el agua, cuelga el Capitan del Mira de su popa, mientras a menos de media milla de distancia el Trotamar vigila la operación preparado para rescatarlo si cayera al agua. Todo salió bien y su Henry, les pilotó el resto de la navegada. El nuestro, nuestro Timoteo también nos dio un susto a 40 millas de Mindelo, pero la alarma duró poco rato pues el capitán pudo reparar sin problema la pieza que estaba rota.

Asi, un barco al lado del otro, fuimos cruzando el océano desde Cabo Verde a Grenada. A veces estábamos tan cerca que nos podíamos hablar a gritos y casi adivinábamos la caras de ilusión al casi vernos tan cerca. Muchos días nos seguimos a una milla y media de distancia y dos o tres días estuvimos separados a mas de diez millas, pues por la noche cambiaron los vientos, o los rumbos…., el Mira juega con el rumbo para evitar las olas y que su capitana pueda dormir mas cómodamente, o pueda dormir de vez en cuando. En el Trota dormimos todos muy bien cuando nos toca dormir. 1ª) 20:00 p.m Ana, 2ª) 22:30 p.m. Clarisa, 3ª) 01:00 a.m. Capitán. 4ª) 03:30 a.m. Dharani, 5ª) 06:00a.m. Ana. Son los turnos de guardia y cada dia van rotando. El que hizo la guardia de la primera hora de la noche, le toca al día siguiente la segunda guardia. Te acostumbras al ritmo, a interrumpir el sueño a mitad de la noche y volver a el en el mismo punto donde lo dejaste. Las guardias de primera hora de la noche y primera de la mañana son para mi las mejores. Duermes seis horas, casi mas que en casa cuando hay cole, y tienes la posibilidad de ver desperezarse lentamente la mañana. Hay guardias oscuras, nubladas, sin estrellas ni luna, pero con reflejos fluorescentes que iluminan la estela del Trotamar y las crestas de las olas. Remolinos de plancton que tiñen el océano de luces y brillos misteriosos. Guardias con cielos estrellados, guardias con mares plateados por la luz clara de la luna. Esta travesía hemos tenido nublados, sin luna, con media luna, con estrellas…. toda la variedad de noches posibles.

Y ahora empieza para nosotros otra aventura: nuestra vida a bordo de nuestra casa flotante. Hay cada mañana baño en nuestra bañera de agua salada de popa a 30 grados, saludo al sol en cubierta con la brisa suave del amanecer, viaje en barquito hasta el mini Markt para buscar el pan tierno para el desayuno, cafe y escuela. Laia y Félix juntos hacen sus deberes. Monica ejerce su autentica profesión como profesora de alemán y el Capitán del Trotamar se ocupa de las matemáticas. Baños, paseos en la barquilla hasta el chiringuito de Prickly Bay, lavandería, provisiones, y excursion a la ciudad, Sant Georges. La ciudad de Sant Georges bulle de actividad: coches que van y vienen, escolares uniformados que pasean cadenciosos sus calcetines largos blancos en su vuelta a casa, pesqueras, cargueros cargados de cervezas, de materiales de construcción, … y un mercado de especias colmado de olores y de colores. Es el país de las especias: nuez moscada, canela, clavo, cúrcuma, gengibre … y cacao!. El mayor descubrimiento en nuestro paseo por la ciudad fue el pequeño museo del chocolate que alberga todos los tesoros y misterios de la fabricación del chocolate orgánico puro y todas las delicattesen. Ahí pude saborear el mejor chocolate que he probado en mi vida. Llena el paladar y los sentidos. !Si pudiera me llevaría el Trota cargado de chocolate de Grenada!.

Mindelo

Der Deutsche Text nach dem Spanischem Text. =)

Sentada en la terraza del Cafe Royal, donde dicen que cantaba Cesarea Evora, bebo mi té y observo la ciudad que poco a poco despierta en esta mañana de Sábado. Sentada en la esquina la señora de la pipa, como si llevara allí lo cuatro años que separan de la misma visión en el tiempo. Recuerdo que Rafael le regaló tabaco y hoy yo le regalo un panecillo. Llevamos en la mochila 30 panecillos, dos panes grandes, y otros cuatro de molde. Es lo que estimamos que necesitaremos para la travesía. El Trotamar huele a romero, a albahaca y a menta. Ayer hicimos la compra de frutas y verduras y el tradicional racimo de plátanos verdes en el Mercado de Mindelo. Ya estamos preparados para cruzar y mañana partiremos al amanecer. Hoy ha cesado el viento que no dejo de bufar en los siete días que llevamos aquí con 20 a 30 nudos y el capitán del Trotamar ha aprovechado la calma para escalar hasta arriba del Mira y de nuestro barco y comprobar que todo está en orden allá arriba en el mástil. Si, ya llevamos en Mindelo una semana paseado por sus calles, disfrutando de la simpatía de sus habitantes, degustando las comidas del bar del mercado, la cerveza Estrela kriola y la música del Café Casa Mindelo. Laia recorre las calles con su monociclo creando admiración a su paso y los niños le piden la bici e intentan hacer lo mismo sin éxito. La ciudad no ha cambiado mucho desde la última vez que estuvimos, el mismo viento, el mismo polvo del desierto que se adhiere al mar y nubla el paisaje. La Marina está mas concurrida que entonces y su bar flotante es punto de encuentro de navegantes y de internautas. El baño de señoras se convierte de vez en cuando en peluquería y la señora de la limpieza en peluquera que, con habilidad prodigiosa, trenza el pelo de colegas y de navegantes. Tres horas tardó en trenzar la melena de Laia y llenarla de bolitas de colores. Ahora parece una de ellas.

El Trotamar tiene otro instrumento a bordo: la guitarra, el ukalele y ahora un cabaquiño de Cabo Verde: cuatro cuerdas y un manual para aprender a tocarlo. Lo compramos en el atelier de Aniceto Gomes. Sabíamos de él por nuestro amigo Juan, el que nos ha construido la práctica y preciosa capota para el Trotamar, ha pulido su teca de cubierta y nos ha ayudado en Tenerife con un montón de reparaciones. Juan pasó por Mindelo hace muchos años, en sus travesías Atlánticas y sabía de este littuer, que en su pequeño taller, construye guitarras portuguesas, violas y cabaquiños.

Solo uno de los días nos disfrazamos de turistas con nuestras mochilas, nuestras gafas de sol y nuestras cámaras de foto y nos fuimos a la isla de al lado, a San Antao. Al llegar pensamos que nos habíamos equivocado de isla, pues nos habían contado que era verde y preciosa, pero en Porto Novo, donde llega el ferry, todo parecía desierto. Desayunamos cachupa, que es el palto tradicional caboverdiano, en un bar de un italiano retirado, que se entretiene con su pequeño restaurante en una esquina perdida del mundo. Y él mismo, llamó a su amigo Simon que nos llevó en un carromato a visitar la isla. La carretera que une el este con el oeste de la isla es de adoquines y esta franqueada a los lados por flores de aloe. ¡Precioso paisaje! montañas volcánicas cubiertas de verde, precipicios a ambos lados de la carretera que dejan ver el crater del volcán y miles de terrazas de piedra, que ascienden hasta las cumbres en sitios en los que no te imaginas que se pudiera cultivar nada. En agosto corre el agua por los torrentes y se cubre todo de verde y de flores. Ahora está seco, pero no deja de ser un paisaje maravilloso. En los valles descubrimos franjas llenas de vegetación, bananas, papayas, caña de azúcar, árbol del pan… Por el camino siempre transitan campesinos con cestos en la cabeza transportando ramas, frutas y sacos, niños que van o vuelven del cole o del jardín de infancia, con sus manos sucias y su profesora con rulos en la cabeza y una sonrisa bondadosa de oreja a oreja, jóvenes en uniforme con sus mochilas coloridas de Eastpack que ríen y saludan al vernos pasar. Está bien un día disfrutar como turista. Volvemos al Ferry y luego a nuestra realidad de barco.

Hoy también hay clase de mates y de francés para los dos colegiales a bordo y queda todavía organizar los últimos detalles para la travesía. Serán quizás 17 o 20 días, y la previsión del viento parece la normal para estas épocas, aunque dicen que parece que este año los alisios están algo trastornados por el efecto del Niño. El Mira viajan esta vez solo Felix y sus padres, pues Ramón se desembarcó. Nosotros viajamos con Clarisa y Dharani y espero que en la misma armonía que nos trajo hasta aquí.

Ich sitze auf der Terrasse des Cafe Royal, in dem einst Cesare Evora sang, trinke meinen Tee und beobachte wie die Stadt langsam aufwacht. In de Ecke sitzt die alte Frau mit der Pfeife, als ob sie sich seit vier Jahren nicht bewegt hätte. Ich kann mich an Rafael erinnern, der ihr Tabak schenkte, heute schenke ich ihr ein Brötchen. Wir haben im Rucksack 30 Brötchen, zwei große Brote und vier Kastenbrote. Es ist die Menge, die wir (die Mira und die Trotamar) für die Fahrt vorgesehen haben. Die Trotamar duftet nach Rosmarin, Pfefferminze und anderen Kräutern. Gestern haben wir auf dem Markt den Gemüse- und Obsteinkauf gemacht und wie üblich ein ganzes Büschel grüner Bananen gekauft. Wir sind fertig für die Fahrt. Morgen nach Sonnenaufgang geht es los. Seit einer Woche bläst der Wind im Hafen mit 20 bis 30 Knoten, heute hat er etwas nachgelassen, und der Kapitän der Trotamar hat die Ruhe genutzt, um auf die Masten beider Boote zu steigen, um nochmal alles zu kontrollieren. Wir sind nun eine Woche in Mindelo, spazieren durch die Gassen, genießen den Kontakt mit der freundlichen Bevölkerung, essen in der Marktkneipe, genießen das Bier Estrel Kriola und die Musik im Cafe Casa Mindelo. Laia fährt mit ihrem Einrad durch die Gassen, zur Bewunderung aller Kinder und einige versuchen, es ihr mit dem Fahrrad oder auf ihrem Einrad ihr nachzumachen, aber ohne Erfolg. Die Stadt hat sich seit unserem letzten Besuch nicht viel verändert, der selbe Wind, der gleiche Staub, der von der Sahara hergetragen wird und überall einen braune Schicht hinterlässt. Die Marina ist voller als vor vier Jahren und ihre schwimmende Bar ist Treffpunkt der Segler und Internetsurfer. Das Frauenbad verwandelt sich ab und zu in einen Friseursalon, in dem die Putzfrau Hunderte von Zöpfen flechtet, für Freunde und Segler. Nach fast drei Stunden ist Laia’s Kopf voll kleiner Zöpfen mit bunten Kugeln, jetzt gehört sie zu ihnen.

Die Trotamar hat eine neues Instrument an Bord: zur Gitarre und der Ukelele ist ein Cabaquiño von Cabo Verde gekommen, vier Seiten und eine kurze Anleitung. Wir haben es im Atelier von Anicveto Gomez gekauft. Wir hat schon von ihm gehört, über Freund Juan, der uns den tollen Aufbau gemacht und unser Teamdeck erneuert hat. Juan segelte vor vielen Jahren bei einer seiner Atlantiküberquerungen über Mindelo und traf diesen tollen Handwerker, der portugiesische Gitarren, Violas und Cabaquiños baut.

Einen Tag haben wir uns als Touristen verkleidet, mit Rücksäcken, Sonnenbrillen und Kameras und sind mit der Fähre auf die Nachbarinsel Sao Antao gefahren. Es sollte die grüne Insel sein, aber sie empfang uns als eine Wüste. In einer kleinen Kneipe eines Italieners haben wie Cachupa, ein traditionelles Maisgericht, gefrühstückt. Er rief dann seinen Freund Simon, der uns in einem Pick-up über die Insel fuhr. Die Straße, die den Osten mit dem Westen der Insel verbindet , ist gepflastert und auf beiden Seiten mit Aloe bepflanzt und führt bis über 1800 m Höhe. Eine wunderschöne Berglandschaft, tiefe Abhänge an beiden Seiten, Vulkankrater und überall Terrassen, die sich fast bis zu den Gipfeln hochziehen und in der Regenzeit bepflanzt werden. Auf der anderen Seite kommen wir in grüne Täler, überall Bananenstauden, Papayas, Zuckerrohr, Brotfrucht…unterwegs Bauern, die Körbe oder Säcke, auf dem Kopf tragen, Kinder, die von der Schule oder dem Kindergarten zurückkommen und uns fröhlich anlachen, Kinder in Schuluniform mit dem Eastpack auf dem Rücken oder auf dem Kopf. Wir genießen einen Tag als Touristen, danach fahren wir mit der Fähre zurück ins Seglerleben.

Heute gibt es wieder Mathe und Französisch für unsere Schulkinder und die letzten Vorbereitungen für die Atlantiküberquerung werden durchgeführt. Wir schätzen, dass die Fahrt 17 bis 20 Tage dauern wird. Die Wettervorhersage ist der Passatwind, der um diese Jahreszeit üblich ist, aber möglicherweise durch das Phänomen des Niño etwas beeinträchtigt ist. Miras Besatzung sind diesmal nur Felix und seine Eltern, den Ramon bleibt an Land. Wir haben in der Crew Dharani und Clarissa und ich hoffe wir haben weiter das harmonische Zusammenleben, das uns bis hierher gebracht hat.

Tenerife a Cabo Verde




Der Deutsche Text nach dem Spanischem Text. =)

La luna llena tiene esta noche un halo misterioso diez veces su tamaño. Un circulo vacío a su alrededor, como marcando su territorio en el cielo. El Trota con sus velas llenas de viento, navega muy rápido, a velocidad constante, como si fuera un tren que desliza por su carril con un motor de propulsión, pero solo es el viento el que nos lleva. En mi camita del pasillo, que acabo de abandonar para cumplir con mi turno de guardia de noche, la que me prepara el capitán, mi marido, mi amor con cariño cada noche, la que parece una litera de Renfe con su mantita de cuadros y su triangulo abierto, su lámpara y su libro; En mi camita del pasillo duermo como en el tren, pero mejor porque voy en el barco y me balancea, hoy como una cunita que mece suave, ahora aquí ahora allá. Tras siete días de travesía ya duermo como en mi cama, a pesar de despertar de vez en cuando, por el ruido de una ola, la sacudida de una vela o por el dolor de mi brazo. De las siete, solo una noche fue mala, la primera, al menos para mi. La travesía del 2012 la comencé con el alma rota, esta solo tengo un brazo medio roto ya medio curado, pero se me rompieron los nervios. El viento el primer día fue de 20 a 25 nudos con olas fuertes de las de entre islas, las conocidas aceleraciones entre islas. Dharani se mueve despacio , como un astronauta, y respira controlando su estado, Laia se envuelve en su manta de solo estar, el capitán controla cada detalle y Clarisa le ayuda en todo. Y yo me rompo los nervios pensando, que no me puedo agarrar, que no puedo cocinar, que no puedo abrir mi cajón de la ropa, ni quitarme con soltura el anorak, que no puedo maniobrar, ni cazar la mayor, ni sujetar el tangón, ni a duras penas llevar el timón. En cualquier caso, los primeros días de navegación siempre son asi. Tu cuerpo se revela al movimiento y tu mente rechaza la situación. La única solución es aceptar, por incómodo que sea el malestar de tu cuerpo y distraer tu mente en el mar, seguir el curso del agua, admirar su fuerza, y no dejar que tus pensamientos, tus miedos por lo que pueda ocurrir, tus malestares y pesares, que nada tiene que ver con el futuro ni con la realidad, gobiernen tu estado. Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Pero está claro, que solo cuando te dejas llevar y te acomodas al compás de las olas, puedes disfrutar el viaje.

Y en esta travesía de Canarias a Cabo Verde ha resultado muy fácil disfrutarlo. El segundo día amaneció soleado y el viento soplo constante a 20 nudos y volamos sobre olas enormes durante siete días sin desvestir al Trota de sus alas de Mariposa, sus dos foques al viento en la proa del barco. Hoy cambiamos rumbo para dirigirnos a Mindelo y arriamos los foques y con una maniobra bastante complicada, subimos la mayor y la mesana y navegamos con nuestras tres velas al viento. Nos acompaña el Mira que sigue de lejos la estela del Trotamar.

Hemos vivido momentos mágicos, divertidos, coloridos y preciosos, llenos de sensaciones.

  • Silencio observando los delfines, que saltan entre los dos barcos, jugando con olas enormes en un mar plateado.
  • Admiración, desde la ventana de nuestra nueva capota, de las imágenes siempre como de postal, siempre con la silueta blanca del Mira recortándose en el azul marino del Océano.
  • Magia en las guardias de noche llenas de libros, de música y de recuerdos de mar.
  • Hechizo de luz de luna, que se despide anunciando la claridad y deja camino a la Cruz del Sur y a un montón de estrellas.
  • Paz en los atardeceres rojos de los que se acostumbraron mis ojos.
  • Alegría, de recibir en alta mar la noticia del nacimiento de una nueva navegante Bassols, Elina, la sobrina de Dharani.
  • Emoción de pescar un atún, aunque no llegara a la sartén.
  • Bienestar después de la primera ducha con agua salada en cubierta.
  • Satisfacción de las comidas a bordo todos juntos en la bañera, intentando que no se escape la pimienta y que no salga volando el arroz.
  • Divertidas clases de matemáticas del capitán a sus dos alumnos, uno vía radio, calculando posiciones, millas y distancias entre los dos barcos.
  • Risas y conversaciones de Laia y Félix vía radio. “Trotamar, Trotamar, hier Mira”
  • Entusiasmo en los ojos azul brillante del Capi cuando está en alta mar, al ver que funciona su nueva radio, su nueva ducha de agua salada, su nueva pala de timón, su nueva capota, su cubierta de teca reparada, y todas las mejoras que le han tenido ocupado durante los largos meses de preparación de este viaje.
  • Y lo más importante: La cercanía de nuestros vecinos y la armonía entre nuestra tripulación, trabajando siempre juntos y alegres como un verdadero team.

Ahora el Trota navega veloz y seguro las últimas millas hasta Mindelo. Mi alma se cierra y se abre con el aviso de llegada, se alegra de llegar y se oscurece al recordar. Mientras, susurro mi nueva canción que escribí ayer en mi turno de guardia, sobre los acordes de la guitarra de Christoph, que traigo grabados en mi iphone. Es una canción para mi madre, que se me fue en Cabo Verde, hace ahora cuatro años.

Sentada en el recuerdo
De esa noche sin fin
El mismo mar brillante
donde te despedí

Donde van las almas buenas lejos, lejos del mar
Donde te fuiste tu mama?

Te llevaste un buen trozo de mi ser de mi querer
hasta el mas allá

Mama dime donde estas
Mama envíame una señal
Que me diga que estás aquí
en la oscuridad

Te encuentro en mis silencios,
en mi voz,
en mi sonrisa, en mi canción

Siempre escondida entre mis sueños,
formas parte de mi

Pero me pregunto donde van las almas buenas lejos, lejos del mar

Ay mama, mi mamica dime donde estas?

Dime donde estas
Envíame una señal
Que me diga que estás aquí en la oscuridad.

___

Der Vollmond hat einen geheimnisvollen Kreis um sich, drei mal so groß wie der Mond selbst. Ein leerer Kreis, als wollte er sein Gebiet im Himmel abgrenzen. Die Trotamar segelt schnell und ununterbrochen mit ihren Segeln voller Wind, wie ein Zug, der mit Antriebsmotor auf Schienen fährt. Uns aber treibt nur die reine Windkraft vorwärts.

Meiner Koje im Gang habe ich gerade verlassen, um meine Nachtwache zu halten. Diese Koje richtet mir der Kapitän, mein Mann, liebevoll jeden Abend zurecht. Sie fühlt sich an wie die Liege in einem Zug, mit der karierten Decke, halb aufgeschlagen, der kleinen Leuchte und dem Buch. In meiner Koje im Gang schlafe ich wie im Zug, aber viel besser, denn ich bin auf einem Schiff, das mich sachte hin und her schaukelt, heute besonders sachte. Nach sieben Tagen Fahrt schlafe ich schon so gut wie zu Hause, obwohl ich immer wieder mit dem Schlag einer Welle oder dem Schlackern eines Segels aufwache, oder, wenn mein Arm schmerzt. Von den sieben Nächten war für mich nur die erste Nacht unngenehm. 2012 trat ich die Reise mit einer gebrochenen Seele an, diesmal aber habe ich nur einen Arm, der noch halb gebrochen und nur halb geheilt ist, und die Armnerven schmerzen.

Am ersten Tag hatte der Wind 20 bis 25 Knoten mit hohen Wellen zwischen den Inseln, der bekannte Düseneffekt. Dharani bewegt sich langsam und achtet auf ihre Atmung und ihren Zustand, Laia, in ihrer Decke eingehüllt, ist aufmerksam dabei und beobachtet, der Kapitän kontrolliert jedes Detail und Clarissa hilft ihm bei Allem. Ich aber zerbreche mir den Kopf: dass ich nur eine Hand habe, um mich festzuhalten , -nicht kochen, meine Schublade mit der Wäsche nicht öffnen kann, - Mühe habe, meine Jacke auszuziehen, - kein Manöver machen kann, - weder Schot einholen noch den Spinnakerbaum setzen kann, und nur mit größter Mühe steuern kann. Die ersten Segeltage sind ja immer schwierig. Der Körper muss sich an die Bewegung gewöhnen und der Verstand weigert sich. Die einzige Lösung ist das Akzeptieren, auch wenn es für den Körper unangenehm ist. Am besten, den Geist mit dem Meer abzulenken, den Wasserlauf zu beobachten, seine Kraft zu bewundern, und nicht zuzulassen, dass deine Ängste, deine Gedanken, an all das was passieren könnte, dein Unwohlsein, dies dich nicht sehen lassen und dass all dies nichts der Realität zu tun hat. Es ist leicht zu verstehen, aber nicht so leicht durchzusetzen. Es ist nämlich so, dass nur, wenn du dich treiben lässt und dich den Wellen anpasst, du diese Reise genießen kannst.

Wir haben wunderbare, lustige, farbige und zauberhafte Augenblicke voller Eindrücke erlebt:

  • In Stille Delfine zu beobachten, wie sie zwischen unseren Schiffen hin und her springen und mit den hohen Wellen dieses Silbernen Ozeans spielen.
  • Das Bewundern der postkartenähnlichen Bilder durch die Fenster unseres neuen Aufbaus, im Dabeisein der weißen Segel der Mira im blauen Ozean.
  • Der Zauber, wenn der Mond sich verabschiedet und den Himmel frei lässt für das Kreuz des Südens und Tausende von Sternen, die den Himmel füllen
  • Die Nachtwachen voller Sterne, Bücher, Musik und Erinnerungen.
  • Die friedlichen roten Sonnenuntergänge, an die sich meine Augen gewöhnt haben.
  • Die Freude auf hoher See von der Nachricht der Geburt eines neuen Bassols Seglerin, Elina, der Nichte von Dharani.
  • Die Spannung, als wir einen Thunfisch gefischt haben, obwohl wir es nicht geschafft haben, ihn an Deck zu holen.
  • Das Gefühl der Frische nach der ersten Salzwasserdusche an Deck.
  • Das gemeinsame Essen im Cockpit, und die Mühe zu vermeiden, dass Pfeffer oder Reis durch die Gegend fliegt.
  • Der lustige Mathematik Unterricht vom Kapitän und seinen zwei Schülern, einer über Funk, mit Positions- und Abstandsberechnungen.
  • Die lustigen Funkgespräche zwischen Laia und Felix: Trotamar, Trotamar, Trotamar, bitte kommen, over ……. Mira, Mira, Mira bitte Kommen
  • Die Begeisterung in den blauen Augen des Kapitäns, wenn er auf hoher See ist, wenn seine neue Amateurfunkanlage funktioniert, seinen neue Deckdusche, das neue Ruder der Windsteueranlage, der neue Deckaufbau, das überholte Deck und all die Verbesserungen, die ihn all diese langen Monate der Reisevorbereitung beschäftigt haben.
  • und das Wichtigste: Die Nähe unserer Nachbarn, die Harmonie in unserer neuen Crew, die immer zusammen ein echt fröhliches Team ist.

Jetzt segelt die Trotamar schnell und sicher die letzten Meilen bis Mindelo. Meine Seele schließt und öffnet sich bei der Ankündigung einer Ankunft, freut sich anzukommen und verdunkelt sich bei den Erinnerungen. Während ich mein neues Lied summe, das ich gestern während meiner Nachtwache geschrieben haben, auf die Akkorde der Gitarre von Christof die ich in meinen Iphone gespeichert habe. Es ist ein Lied für meine Mutter, die vor vier Jahren gegangen ist, als ich in Cabo Verde war.

Sitzend in den Erinnerungen
Diese unendliche Nacht
Das gleiche glänzende Meer
Wo ich die verabschiedet habe.

Wohin gehen die guten Seelen, weit weg vom Meer,
Wohin bist du gegangen Mama?

Du nahmst einen Teil von mir mit, von meiner Liebe,
hinüber, ins Jenseits
Mama, sag mir wo du bist
Mama, gib mir ein Zeichen
Welches mir sagt das du hier in der Dunkelheit bist.

Ich finde dich in meinen Stillen,
in meiner Stimme,
in meinem Lächeln, in meinem Lied

Immer versteckt zwischen meinen Träumen
Bist du ein Teil von mir.

Aber ich frage mich, wohin gehen die guten Seelen, weit weg vom Meer

Ay Mama, meine Mütterchen sag mir wo du bist?

Sag mir wo du bist,
Gib mir ein Zeichen
Welches mir sagt das du hier in der Dunkelheit bist.

Atlántico 2016

When you go into the uncharted sea, like Columbus did, there is fear, immense fear, because one never knows what is going to happen and you are leaving the shore of safety. You were perfectly okay, in a way; only one thing was missing - adventure. Going into the unknown gives you a thrill. The heart starts pulsating; again you are alive, fully alive. Every fiber of your being is alive because you have accepted the challenge of the unknown.

To accept the challenge of the unknown is courage. The fears are there, but if you go on accepting the challenge again and again, slowly, slowly those fears disappear. The joy that the unknown brings, the great ecstasy that starts happening with the unknown, makes you strong enough, gives you a certain integrity, makes your intelligence sharp. You start feeling that life is not just a boredom. Life is an adventure. Slowly, slowly fears disappear and you go on seeking and searching for new adventures.

Courage is risking the known for the unknown, the familiar for the unfamiliar, the comfortable for the uncomfortable arduous pilgrimage to some unknown destination. One never knows whether one will be able to make it or not. It is a gambling, but only the gamblers know what life is.

Osho